Nuevo obispo

El papa Francisco aceptó finalmente la renuncia del obispo de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel,  y nombró en su lugar a monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, que desempeñaba el mismo cargo en Tehuacán, Puebla.

El nuevo obispo, que tomará posesión el 3 de enero, es en general una incógnita para los integrantes de la diócesis, aunque en su primera diócesis, la de Matehuala, San Luis Potosí, trabajó con indígenas, por lo que -se supone- el tema de la pastoral autóctona no le será ajeno entre tzotziles, tzeltales choles, tojolabales y otros grupos étnicos asentados en esta región del país.

Había mucha expectativa por saber quién sería el sucesor de Arizmendi Esquivel, de 77 años de edad, pues en esta diócesis existe un histórico trabajo pastoral que no todos los obispos tal vez estarían decididos a apoyar como lo piden los católicos, sobre todo los indígenas y los más pobres, los sacerdotes, religiosas, laicos, catequistas y diáconos, entre otros.

Lo mismo ocurrió con la llegada de Arizmendi Esquivel, pues algunos católicos cercanos al entonces obispo Samuel Ruiz García temían que pudiera hacer cambios en la línea que se había trazado 40 años atrás.

Pero no fue así, pues desde su toma de posesión el obispo Felipe dejó claro que no venía a competir ni a destruir sino a complementar el trabajo de su antecesor.

Antes de su llegada, en una etapa en la que los católicos y la sociedad en general estaban polarizados, había ocurrido lo mismo con el nombramiento de Raúl Vera López como obispo coadjutor y por lo tanto con derecho a suceder a Ruiz García. A la postre, en 1999, aconteció que fue enviado a la diócesis de Saltillo, Coahuila porque había resultado más radical.

Ahora, una vez que ya se sabe quién asumirá la conducción de la diócesis a partir del 3 de enero próximo, los agentes de pastoral que tienen algún cargo, han acordado acompañarlo y darle la bienvenida como se merece.

De todos modos, no es fácil cambiar las cosas de la noche a la mañana para quien asume el obispado de una diócesis como la de San Cristóbal, pues existen estructuras, bases y planes establecidos con anterioridad.

Es natural que a los agentes de pastoral y a los católicos les preocupe siempre saber cuál será la línea de su nuevo pastor, pues en esta diócesis existe mucha pobreza y marginación y siempre será necesario que una voz como la de un jerarca católico de ese nivel se levante para defender sus derechos cuando haya que hacerlo, como lo han hecho los obispos recientes: Samuel Ruiz García, Raúl Vera López, Enrique Díaz Díaz y Arizmendi Esquivel, quien por cierto, lleva 27 años como obispo en Chiapas, primero en Tapachula y luego San Cristóbal.

Por sus datos biográficos y sus 20 años como obispo que lo colocan como un jerarca con experiencia, existe confianza en general en que su trabajo pastoral estará a la altura de las necesidades de la siempre emblemática, histórica e importante diócesis de San Cristóbal.

El peso político y religioso –no se puede separar uno del otro- de esta diócesis requería de que fuera designado un jerarca con experiencia y que conozca el también el tema indígena, dada la composición étnica que tiene.

En contrapartida, podría decirse que el inconveniente -por así decirlo- es que por su edad, 65 años, no es mucho el tiempo que estará al frente de la diócesis, pues según las normas de la iglesia, al cumplir 75 años tendrá que renunciar, lo que significa que sólo estaría diez o 12 años más y de nuevo, a nombrar otro obispo.

Su toma de posesión será dentro de dos meses, en los cuales se organizarán los católicos encabezados por Arizmendi Esquivel para preparar la recepción. A propósito de la asunción del nuevo obispo, quién sabe cuántas veces haya ocurrido si es que ha sucedido alguna vez, pero en esta ocasión el nuevo obispo de San Cristóbal no tomará posesión en la catedral debido a que está en reparación por los daños que sufrió durante el terremoto del 7 de septiembre pasado.

Es probable que la celebración se lleve a cabo en la Plaza Catedral, ubicada frente al templo, el más importante de la ciudad, ya que se espera la presencia de cientos o miles de católicos de todos los municipios que conforman la diócesis y ese es uno de los pocos lugares con capacidad para la ceremonia religiosa.

Por cierto, no debe de pasar inadvertido el dato de que el nombramiento de Rodrigo Aguilar se dio a conocer justo el día en que nació el difunto obispo Samuel Ruiz García (3 de noviembre de 1924; ese día hubiera cumplido 93 años), originario también de Guanajuato. Lo único que falto es que hubiera anunciado que tomaría posesión el 25 de enero también.

¿Qué significado tienen estos dos datos? ¿Continuidad, en el buen sentido de la palabra, en el trabajo pastoral del llamado Tatik que durante 40 años marcó una línea que perdurará por muchos años, sobre todo ahora con el enfoque pastoral del papa Francisco? Habrá que espera para tratar de descubrir ese misterio.

Picotazos

Debido a la presión de los transportistas concesionados el domingo pasado fue detenido por policías estatales en San Cristóbal de Las Casas, Manuel Pérez Ich, quien presuntamente lidera a un grupo de transportistas no concesionados. En su captura, realizada entre las 10 y las 11 horas en Ojo de Agua, participaron alrededor de diez agentes. Habrá ver a quién de los precandidatos a la alcaldía coleta golpea políticamente este hecho, ya que se comenta que era protegido de más de alguno. También habrá que ver cómo reaccionan los compañeros de Pérez Ich, quien fue trasladado al penal de El Amate. Fin.