La inconformidad en contra de los partidos políticos, cada vez más desprestigiados, crece día a día, por lo que nuevas propuestas para elegir gobiernos municipales han comenzado a tomar forma, cuando menos en algunos municipios indígenas de Chiapas.

Unificar criterios no es fácil, pero la galopante corrupción de los gobernantes, del partido que sea, está provocando que mucha gente, sobre todo en municipios con población indígena, despierte y trate de buscar otra forma de designar a sus autoridades, porque ya no aguanta la situación actual.

Zozobra e incertidumbre, falta de esperanza, es lo que se vive ahora en todos los rincones de país con tanta corrupción, pues las autoridades federales y estatales han sido incapaces de frenarla. No es fácil encontrar una fórmula para sustituir el sistema de elecciones constitucionales a través de los partidos políticos, que tienen el monopolio, pero las sabias comunidades indígenas están proponiendo regresar al sistema de usos y costumbres, lo que durante muchos años les dio buenos resultados.

Y si los mestizos adormilados, tratando de sortear la crisis económica que se vive en el país y viendo únicamente por sus intereses personales, no lo hacen, los indígenas de Chiapas sí se mueven en algunos municipios para recuperar la aplicación de los sistemas normativos que durante cientos de años les han funcionado.

Así, Chilón y Sitalá, ubicados en el norte de Chiapas, de mayoría indígena, entregaron el viernes pasado al Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) su respectiva solicitud para que las elecciones municipales del 1 de julio se lleven a cabo mediante el sistema de usos y costumbres.

Los argumentos, muy válidos -(casi) nadie lo duda- son que ya están cansados de los partidos políticos, de sus administraciones corruptas y porque sólo dividen, engañan y no gobiernan.

Es por ello que el viernes pasado entregaron ante el IECP, que tendrá que darles una respuesta, la petición que fue respaldada por un importante número de habitantes. En el caso de Chilón fue acompañada por  16 mil 700 firmas de los 111 mil 554 habitantes que tiene el municipio; y de Sitalá, por tres mil 20, de los 12 mil 269 pobladores que tiene esa demarcación.

¿Gestación de un nuevo-viejo modelo? Sí, aunque parezca contradictorio, para ir hacia adelante es necesario caminar hacia atrás retomando las prácticas de las comunidades indígenas que han sobrevivido a (casi) todo, incluyendo a los partidos políticos.

Retomando sus tradiciones, estos dos municipios se suman a Oxchuc que respondiendo al interés de la mayoría de sus habitantes entregó al IEPC su solicitud hace casi un año, para que apruebe elecciones mediante el sistema tradicional de usos y costumbres; es decir, que sean los propios pobladores los que a través de sus asambleas elijan a sus gobernantes.

Independientemente de lo que el IEPC decida en estos tres casos, la conciencia en las comunidades indígenas ha comenzado a renacer, a despertar para tratar de evitar que continúe el deterioro en este gran país que no ha tenido gobernantes a la altura de su historia, de su grandeza.

A menos que los partidos políticos cambien un poco la forma de hacer política, las comunidades indígenas irán ganando terreno con estas propuestas, retomadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para tratar de frenar el imparable deterioro de este país, mediante la práctica de las autonomías y de la propuesta de la candidatura presidencial independiente de María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy), vocera del Consejo Indígena de Gobierno (CIG).

Quienes piensen que la propuesta de las comunidades indígenas no es viable están equivocados porque para nadie es un secreto que cada vez existe más cinismo entre los gobernantes que lo único que buscan es satisfacer sus intereses personales para enriquecerse a costa del erario público, cuando ese dinero debería de servir para la construcción de obras de beneficio social y la prestación de servicios de buena calidad, lo que no ocurre.

Uno sólo tiene que detenerse a reflexionar en que el deterioro es tal que desde hace varios años las alcaldías, por ejemplo, son prácticamente compradas por los candidatos, que se gastan muchos millones de pesos para hacerse del cargo, lucrando en buena medida con la necesidad de los votantes.

Es un claro ejemplo el nulo interés de muchos alcaldes por medio gobernar sus municipios en las regiones indígenas, pues en lugar de despachar en sus palacios municipales lo hacen en casas particulares o en sus domicilios de las cabeceras regionales.

A como están las cosas, eso, claro, sería pecata minuta si se toma en cuenta el alto grado de corrupción en sus administraciones, lo que no ha dejado espacio para la esperanza.

Bueno sería que el Congreso del Estado, como ya se ha dicho en otras entregas de esta Rotonda Pública, pusiera algo de orden e hiciera que los presidentes municipales despachen en los palacios de sus municipios y no obliguen a su gente a trasladarse a otros municipios para ser (es un decir) atendidos.

Recientemente han informado los pobladores de Chilón y de Sitalá que el alcalde del primero, Felipe Gutiérrez Miranda despacha en el vecino Ocosingo y el de Sitalá, Marco Antonio Núñez Jiménez, lo hace en San Cristóbal de Las Casas.

A ellos seguramente les parece natural despachar en municipios vecinos, en los que pueden gastarse el dinero público en restaurantes, bebidas, etcétera, alejados de los conflictos de sus municipios que no pueden o no quieren atender, porque lo único que les interesa es cómo enriquecerse con los recursos del pueblo.

Zancos se necesitarían para caminar o correr más rápido y dejar atrás tanta podredumbre en los partidos políticos y lo que de ellos emana, al grado de que derechas e izquierdas hacen alianzas como si se pudieran unir el agua con el aceite.

Nadie puede predecir cómo acabarán las elecciones programadas para el 1 de julio próximo, pero es una buena noticia que los habitantes de muchas comunidades hayan comenzado a despertar para tratar de regresar al pasado y llegue el día en que haya elecciones sin partidos para buscar un futuro menos malo para la sociedad toda.

DP: Con ésta concluye la serie de cuatro entregas continuas de esta Rotonda Pública, en las que se publicó el siguiente  acróstico:

Erica es una princesa

Sol que brilla en la noche

Arcoíris de mil colores

Luz y alegría que abrazan.

Este pensamiento está dedicado a mi hija Erica Ytsel, mi compañía diaria, porque a través de la luz de sus ojos puedo ver todos los días a Sophia, Elio y Germán, y más allá. Fin.