Estaba cantado

Lo que se veía venir desde hace varios meses se concretó finalmente: El candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República será José Antonio Meade Kuribeña, hasta ayer secretario de Hacienda y Crédito Público.

Desde que fueron reformados los estatutos del PRI hace unos meses, estaba cantado, se sabía que las modificaciones para abrir la puerta a los no militantes a la candidatura presidencial, tenían como destinario a Meade Kuribreña.

Ya en entregas de hace algunos meses se ha dicho en esta Rotonda Pública, que Meade Kuribreña no es formalmente militante priísta ni panista y es ambas cosas al mismo tiempo. Es un híbrido, pues.

A sus 48 años de edad ha trabajado por igual como secretario de Estado en las administraciones de panistas y priístas, por lo que tiene buenas relaciones en ambos partidos y aunque será el abanderado del PRI, seguramente contará con el apoyo de un buen segmento de panistas.

Hasta ahora sólo ha expresado su decisión de inscribirse como precandidato, pero es un hecho que será él el abanderado del tricolor, a menos que algo en verdad extraño pasara en las semanas o meses próximos. Es decir, sólo habrá que esperar el trámite formal para que se oficialice su candidatura.

Es probable que de entre los que se mencionaban como posibles aspirantes, José Antonio sea el menos peor porque no es visto como militante propiamente de algún partido, aunque se identifique con los priístas y los panistas.

Esto es un punto a su favor porque lo que menos quiere ahora la sociedad, no sólo en México, es saber algo de los partidos políticos, pues están asociados a la creciente corrupción que impera en el país.

Lo que sigue una vez que se ha conocido el nombre del futuro candidato del PRI es buscar dividir y debilitar al incierto Frente Ciudadano que buscan integrar el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano para hacer crecer a Meade Kuribreña.

Otra opción que llegado el momento tendrán a la mano quienes manejan este país será fortalecer al citado frente y su candidato, en caso de que se concrete como lo están pensando sus dirigentes, si es que el abanderado del tricolor no es visto por la sociedad como un buen candidato, pero ello será ya en la campaña. El caso será cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador a como dé lugar.

De ser ungido candidato como todo indica, Meade Kuribreña competiría por primera vez por un cargo de elección popular, pues nunca ha estado en las boletas electorales. Su desempeño ha sido más administrativo y político, pues ha ocupado las secretarías de Relaciones Exteriores, de Energía, Desarrollo Social y Hacienda y Crédito Público (en dos ocasiones, primero con Felipe Calderón y luego con Enrique Peña Nieto). Pocos políticos mexicanos pueden presumir tal cosa.  

Uno de los negativos de Meade Kuribreña para efectos de conseguir votos es haber sido secretario de Hacienda y por tanto, el que cobra los altos e injustos impuestos a la gran mayoría de los mexicanos, pero exenta a través de las devoluciones, a los grandes empresarios de este país, que lo apoyarán con mucha alegría.

Aunque no se haya formado en las filas de algún partido, o tal vez por ello mismo, no hay razones para pensar que en caso de llegar a la presidencia de la República el virtual abanderado del PRI cambiará el estado de cosas en el país porque pertenece al mismo grupo gobernante que tiene sumido en una profunda crisis a la Nación.

Fue precisamente su amigo Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores quien la semana pasada lo destapó. Dada la supuesta relación que el canciller mantiene con el presidente de Estados Unidos o cuando menos con alguno de sus familiares o integrantes de su equipo de gobierno, uno supondría que el virtual candidato tiene la venia del vecino país.

El que pierde con la candidatura de José Antonio es el actual secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, quien fue hecho a un lado para darle paso a su compañero de gabinete. La candidatura estaba entre ellos dos. Los demás eran de relleno. Es cierto, ante Meade Kuribreña, el responsable de la política interna es visto como un político más tradicional, más ligado al grupo gobernante. Claro, esto puede ser sólo una percepción errónea.

Lo que sí es cierto es que al quedar fuera de la candidatura Osorio Chong, se margina a un grupo importante, llamado Hidalgo por el origen de este político, varios de cuyos miembros han ocupado gubernaturas y otros cargos importantes.

Es un hecho también que José Antonio puede conjuntar en torno a su candidatura a priístas y panistas, lo que de algún modo debilitaría al PAN y por ende al Frente Ciudadano si es que se concreta.

Por lo demás, lo que ha llamado la atención es la forma en que se ha dado el destape del aspirante tricolor, pues el llamado “dedazo”, practicado durante décadas en el PRI, sigue más vivo que nunca. Habrá que ver si alguno de los destacados priístas se atreve más adelante a cuestionar este proceso.

Picotazos

En el ámbito coleto, algunos observadores se preguntan si el hecho de que en el nuevo comité directivo municipal del Partido Verde Ecologista de México hayan sido colocados hombres y mujeres cercanos al alcalde Marco Antonio Cancino González, significa que ya tiene línea para la reelección. Esta señal es muy importante y parecería que efectivamente, cuando menos hasta este momento, el presidente municipal podría repetir porque es innegable que con lo que ha trabajado, sobre todo en las comunidades rurales, le alcanzaría para continuar, a pesar de que en dos años de su administración no ha hecho una sola obra importante por la cual pudiera ser recordado, más allá de la pavimentación de calles, el verdadero negocio en la actualidad en la administración pública. Fin.