¿Frente incierto?

Como lo hizo a manera de exitoso ensayo en el Estado de México, el PRI-Gobierno prepara las condiciones para que su virtual candidato a la Presidencia de la República, José Antonio Meade Kuribreña, gane las elecciones del primero de julio de 2018.

El partido en el poder necesita por un lado, hacer crecer a su todavía precandidato para darle alcance en las encuestas –lo cual no será difícil como no lo ha sido en las pasadas dos contiendas-- al casi seguro candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, que hasta ahora se mantiene muy arriba en los sondeos, pero que llegado el momento se instalará en la opinión pública la idea de  que ha sido alcanzado y en una de esas hasta rebasado por el aspirante oficialista.

Por otro lado, y eso tampoco es difícil, el PRI-Gobierno está operando ya para impedir que se concrete el llamado Frente Ciudadano por México que pretenden conformar los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano, o cuando menos que llegue muy dividido y debilitado con un candidato de bajo perfil. Como lo hizo con éxito en el Estado de México.

El PAN, o cuando menos el grupo que lo dirige, pretende que el abanderado sea su dirigente Ricardo Anaya, que hábilmente desplazó a Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, el señor de la guerra, mientras que el PRD empuja para que sea el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Si estas dos posturas no se concilian –cada vez  se ven más distantes, cuando menos en apariencia- difícilmente se integrará el tal frente, a menos que opten por un tercero que deje afuera a Anaya y a Mancera, lo cual no es tan fácil, sobre todo para el primero que ya se siente candidato.

Es posible que la disputa y la división por la candidatura, alentada desde las esferas oficiales, claro, termine por fracturar los endebles acuerdos logrados por esos partidos hasta ahora, y no haya Frente y cada uno de ellos postule a su propio abanderado.

Esto permitiría que se dividan los votos para que entonces, la contienda se centre entre el PRI y Morena, con muchas posibilidades para Meade, que al mismo tiempo es panista y priísta y ninguno al vez.

Con esta dualidad tendrá en teoría el apoyo de una parte de los azules y de los rojos. Por lo demás, el ex secretario de Hacienda representa la continuidad, es decir, la profundización de la crisis económica y la acumulación de la riqueza en pocas manos, a costa de la pobreza de millones de mexicanos, por lo que ningún ofrecimiento de cambio podrá ser tomado en cuenta de manera seria.

Esto fue justamente lo que hicieron en el Estado de México, donde el PRI-Gobierno maniobró para que el PAN y el PRD no fueran juntos, con la finalidad de facilitar el triunfo –“haiga sido como haiga sido”- del candidato de Los Pinos, Alfredo del Mazo, que terminó imponiéndose a la abanderada de Morena, Delfina Gómez.

Uno de los siguientes pasos para fortalecer a Meade podría ser que el Partido Verde Ecologista de México se sume a su candidatura y le haga el vacío al frente, con el que ha estado coqueteando con el fin de vender más caro su amor a los rojos.

Si como el Estado de México logran que no se forme la alianzas, es previsible que como en las elecciones presidenciales de 2012, el PAN quede en tercer lugar y el PRD en cuarto, con la posibilidad de que el PRI retenga la Presidencia de la República y Morena quede en segundo, mediante maniobras fraudulentas o la guerra sucia como sucedió en 2006, porque es un hecho que el tricolor y quienes toman las decisiones en este país y fuera de él no permitirán tan fácilmente perder el poder.

Falta muy poco para que las cosas se definan totalmente, pero por las señales que se están viendo, el precandidato del PRI avanza sumando algunos apoyos, mientras los panistas y perredistas tropiezan cada vez más en su intento por conformar un frente que llaman ciudadano sin serlo y que en teoría buscaría unir el agua con el aceite porque uno dice ser de izquierda y el otro es de derecha.

Picotazos

Con el sólo hecho de liberar el precio de los combustibles, el Gobierno mexicano subió el costo sin que mucha gente siquiera se diera cuenta de que se trató de un nuevo gasolinazo ideado por José Antonio Meade cuando fungía como secretario de Hacienda, por lo que muchos votantes podrían cobrárselo a la hora de ir a las urnas. Este será uno de los temas que seguramente habrán de recordarle los ciudadanos durante la campaña política. De esta forma, ahora el litro de gasolina cuesta casi 16 pesos, algo verdaderamente increíble para un país como México, uno de los principales productores de petróleo en el mundo, riqueza que no se distribuye entre sus habitantes como debería de ser sino que se queda en unas pocas manos nacionales y extranjeras… Otra de Hacienda: En lugar de facilitar los trámites para la elaboración de las facturas, esta dependencia se empeña en dificultarlos. Claro, todo tiene su explicación: Por un lado busca asegurarse cada vez más con controles diversos de que los contribuyentes cautivos, los que sostienen al país con sus impuestos, no los grandes empresarios a los que le regresa miles de millones de pesos, y por otro, estar cambiando el formato a cada rato de las facturas le permite ganancias para los amigos o familiares que facilitan los sistemas o programas. Cuando el contribuyente ya ha aprendido a hacer las facturas, resulta que Hacienda sale con su nuevo formato, y de nuevo a batallar para llenarlas o a pagar contadores para que lo hagan. ¿Por qué poner tantas trabas cuando lo que debería de hacer es facilitar los trámites? No le basta con cobrar elevados impuestos… Ahora que nuevamente han comenzado las llamadas antorchas guadalupanas a transitar por las carreteras es necesario que las autoridades redoblen las medidas para evitar accidentes, y también que los mismos antorchistas tomen sus propias acciones para resguardar sus seguridad. Es necesario evitar tragedias como las ocurridas en años anteriores. Fin.