¿Crece y suma AMLO?

En medio de una de las crisis más profundas que padece el país desde hace muchos años, da la impresión de que el entusiasmo por la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador crece cada día, pues muchos mexicanos lo ven como la única opción para el impostergable cambio que le urge a México en lo político, lo económico y lo social.

El crecimiento de las simpatías hacia el político tabasqueño es notorio y ahora ha tenido la sensibilidad de hacer alianzas con personas y grupos a los que antes despreció. Algunos pueden ser cuestionables, pero ya se sabe que para ganar tiene que apoyarse en lo que haya, cuidando, desde luego, no aliarse con quienes no sólo no le aporten votos en las elecciones, sino que le resten y en un momento dado pudieran ser un dique para llevar a cabo su programa de gobierno.

Las revoluciones, por ejemplo, se hacen muchas veces con toda la gente que en camino se va sumando, sin importar quiénes son como ocurrió con Pancho Villa que era un bandolero y ahora es un héroe nacional.

Uno de estos grupos de poder que ahora respaldan a López Obrador es el que encabeza la polémica, por decir lo menos, ex dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo Morales, chiapaneca, por cierto, deseosa de vengarse por su encarcelamiento durante este sexenio, aunque también su desacuerdo con la reforma educativa.

Pareciera casi impensable, pero en este último punto coincide con los maestros opositores a ella, pues la reforma afecta por igual a todos los trabajadores de la educación del país, y el único que ha ofrecido revertirla es Andrés Manuel. La diferencia entre ganar y perder puede estar precisamente en el apoyo de los maestros y grupos que controla Elba Esther.

Es pública también su alianza con TV Azteca, la segunda más fuerte televisora de este país, lo que en alguna medida le garantiza que no será atacado y podría tener espacios favorables a su candidatura.

Eso es a nivel central, pero también en Chiapas, donde ha ganado las dos anteriores elecciones presidenciales, se nota ese entusiasmo y a diferencia de las campañas anteriores ahora se ve en sus actos a personas que antes era impensable ver porque no lo veían como una opción viable o porque tenían preferencias por otros partidos.

Pareciera que el mismo gobierno se empeña en ayudarle con sus políticas depredadoras que mantienen a la gran mayoría de la población en la pobreza a secas o la pobreza extrema.

Cada vez que suben los precios de la gasolina, el gas y la energía eléctrica, por ejemplo, el gobierno le da la razón a López Obrador, el único de los candidatos que seguirá proponiendo bajar los precios de los combustibles y de la luz.

El gran problema del país es la desigualdad social y la acumulación de la riqueza del país en pocas manos, a costa del sufrimiento de la mayoría que no puede disfrutar de los bienes de la Nación que por derecho le pertenecen, por lo que es necesario revertir tal situación.

En diversos estados se han unido personas a su movimiento, pero a nivel nacional han llamado la atención de figuras de renombre como Tatiana Clouthier Carrillo, hija de Manuel Clouthier, quien fuera candidato presidencial panista en 1988, y Gabriela Cuevas, también panista, entre muchos otros.

En Chiapas se han unido varios, el más reciente el ex secretario de Educación, Ricardo Aguilar Gordillo, quien el domingo pasado rindió protesta como coordinador estatal de las Redes Sociales Progresistas (RSP) del precandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.

En el acto efectuado en Tuxtla Gutiérrez ante un nutrido número de personas de diferentes sectores y extractos sociales, participaron el coordinador nacional de Estrategia de las RSP, Juan Iván Peña y Rafael Ochoa Guzmán, ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la senadora Lizette Clavel Sánchez, entre otros.

Es indudable que el nuevo equipo humano que se ha sumado le dará mucho impulso a la precampaña y luego a la campaña del ex jefe de gobierno de la Ciudad de México.

Ante este nuevo panorama algunos se preguntan si reconocerán ahora los que mandan en este país su eventual triunfo y si haría AMLO los cambios o cuando menos sentaría las bases que México necesita para dejar atrás esta negra página en su historia, en caso de llegar al Palacio Nacional.

Claro, faltan muchos meses todavía para las elecciones y por mucho, no puede darse desde ahora por ganador a ninguno de los candidatos por más que vaya arriba en las encuestas. En una campaña política las cosas pueden cambiar de un día para otro por factores diversos.

Es cierto que los candidatos priista, José Antonio Meade, y panista-perredista, Ricardo Anaya, no levantan en las preferencias de los ciudadanos, pero sus respectivos equipos tampoco se van a quedar de brazos cruzados y es probable que para mayo o junio las cosas sean diferentes, luego de echar a andar sus respectivas estrategias.

Para el ámbito local, sigue firme hasta ahora Rutilio Escandón como posible candidato al gobierno de Chiapas. Aunque eso se sabrá sólo cuando se haya registrado oficialmente como candidato, no se ve por ahora otro contrincante, a menos que haya negociaciones casi secretas en las alturas políticas.

En tanto, el PRI y el PVEM siguen entrampados sin poder definir aún al candidato al Gobierno del Estado que llevarían en la coalición Todos por Chiapas, que cada día se tambalea más por la falta de acuerdos.

Esta semana será crucial en la definición porque los tiempos legales se agotan, aunque, como ya se ha dicho, todo parece indicar que el abanderado podría ser el priista Roberto Albores Gleason. FIN