Frenar la violencia

Desangelada inauguración

La advertencia que desde hace varios días se hizo a las autoridades estatales acerca del riesgo de que hubiera muertos si no se atendía con prontitud y esmero el problema entre Aldama y Santa Marta, municipio de Chenalhó por un conflicto de tierras, tomó forma ayer con el asesinato de cuatro personas.

Según la información disponible hasta anoche, en Aldama fueron asesinadas tres personas -dos de ellas menores de edad- y una en Chenalhó. Estas muertes pudieron evitarse si se hubieran tomado las medidas pertinentes.

De esta forma, la descomposición que desde octubre pasado se acentuó en el municipio de Chalchihuitán a causa de un conflicto por límites territoriales, se extendió ahora a Aldama, que también tiene problemas de límites con Chenalhó.

Desde hace por lo menos dos semanas, comuneros de Aldama y organismos de derechos humanos hicieron un llamado a las autoridades estatales para que intervinieran, ya que pobladores de Chenalhó realizaban disparos de armas de fuego todos los días.

Esta es la misma estrategia que esos grupos de civiles armados han utilizado desde octubre pasado en el área limítrofe con Chalchihuitán, lo que ha ocasionado violencia y una fuerte descomposición en el área, presuntamente orquestada por las autoridades de Chenalhó que están operando sin que el gobierno estatal hay sido capaz de poner orden.

Las agresiones de estos grupos han provocado el desplazamiento de habitantes de ambos municipios, y con ello el consecuente sufrimiento de hombres, mujeres y niños.

Pareciera que la estrategia de las autoridades municipales de Chenalhó que aparentemente operan sin control alguno, es generar violencia y posicionarse para sacar ventaja en las elecciones del 1 de julio próximo, sin que les importe la suerte de cientos de personas, no sólo de los dos municipios vecinos sino de su propia gente que también se ve afectada.

Si detrás de estos hechos violentos existen intereses electorales como se presume, lo más seguro es que conforme se acerque la fecha de los comicios, se incrementarán las acciones desestabilizadoras, por lo que las autoridades estatales deben de tomar cartas en el asunto.

Algo tendrá que hacer el nuevo secretario de Gobierno, Mario Carlos Culebro Velasco -quien de esta forma ha sido recibido en su nuevo cargo con cuatro muertos- para poner orden en la zona, con la finalidad de evitar más hechos de sangre.

No debe de olvidarse el antecedente de hace 20 años, cuando grupos de civiles armados perpetraron la masacre de Acteal, donde fueron asesinados 45 indígenas. Podrá decirse que es otro el contexto, pero es un dato que no puede ni debe de ignorarse.

Pareciera que no es suficiente la presencia de la policía estatal en esa zona para garantizar la tranquilidad que los habitantes están reclamando. Y tampoco han sido suficientes los diálogos sostenidos y la firma de minutas con Aldama porque las autoridades de Chenalhó no las han respetado como tampoco lo han hecho en el caso de Chalchihuitán.

Desordenado comienzo

Quién sabe si fue por el nerviosismo y la incertidumbre por las candidaturas municipales y legislativas locales que todavía no se definen o por otros factores, pero el caso es que, como pocas veces, la inauguración de la Feria de la Primavera y de la Paz el domingo pasado en San Cristóbal de Las Casas resultó como pocas veces, por decir lo menos, un desorden.

Para empezar, la ceremonia de coronación e inauguración se adelantó casi una hora debido a protestas programadas de habitantes del barrio de Cuxtitali y de la colonia maya en contra del alcalde coleto Marco Antonio Cancino González, quien aparentemente está en la ruta de la reelección.

Aunado a ello, el cambio de horario no favoreció para la presencia del público que gusta de asistir a este tipo de ceremonias, por lo que el acto se llevó a cabo ante poca gente, en comparación con otras ocasiones.

También llamó la atención que, como raras veces, el gobierno estatal no enviara a representante alguno al acto inaugural de la festividad más importante para los sancristobalenses, que en esta ocasión se celebra en su versión 150.

Sí, hace por lo menos 150 años que comenzó a realizarse, por lo que es ya toda una tradición. Sólo ocasionalmente no se ha celebrado debido a causas de fuerza mayor, como la erupción del volcán Chichonal en 1983, cuando la noche se siguió de largo sin que amaneciera debido a que la ceniza que inundó el cielo.

Tampoco hubo en esta ocasión legisladores ni funcionarios de algún nivel en la ceremonia inaugural, por lo que Cancino González fue dejado prácticamente solo. ¿Es alguna señal política que tiene que ver con su futuro inmediato? Pronto se sabrá.

Tienen razón algunos espectadores cuando afirman que cada vez se abusa más de la presencia de las llamadas batucadas, como sucedió durante el desfile de carros alegóricos el domingo pasado. De repente se pusieron de moda estos grupos que inundan el ambiente con el fuerte sonido de tambores, lo que a muchas personas molesta en lugar de agradarles.

El programa de la feria tampoco es muy bueno que se diga, pero seguramente seguirá siendo un buen negocio para las autoridades municipales, con la contratación de artistas de renombre. De todos modos, al final se hará el balance correspondiente y se conocerá la calificación de la población.

Picotazos

Vaya desde este espacio un abrazo fraterno para el buen amigo Ricardo Aguilar Gordillo, por el sensible fallecimiento de su padre, José del Carmen Aguilar Ramos, ocurrido la madrugada de ayer. Descanse en paz.