Necesario esclarecimiento

La noticia sobre la muerte de los ciclistas Holger Franz, de Alemania y Krzysztof Chmielewski, de Polonia, le ha dado la vuelta al mundo y por más que las autoridades maniobren será difícil aminorar su impacto negativo en el turismo y la imagen del país.

Es cierto, la muerte de los dos europeos está hasta ahora rodeada de muchos misterios, pero la versión preliminar de la Fiscalía General del Estado de que podría tratarse de un accidente ha sido desestimada por la mayoría de personas que se ha interesado en el caso.

No pocas personas piensan que los dos ciclistas fueron asesinados, probablemente para robarles las pertenencias, y se niegan a aceptar la versión de las autoridades de que pudo tratarse de un simple accidente.

Es poco creíble, aunque no imposible, claro, que efectivamente pudiera tratarse de un accidente -que sus bicicletas hubieran sido golpeadas por un vehículo, por ejemplo-, porque para ello tendrían que haber ido muy cerca uno del otro.

Siendo personas con una experiencia de muchos años, viajando por un montón de países de todo el mundo, cuesta creer que en una carretera de Chiapas se descuidaran y se accidentaran como sugiere la versión oficial.

La Fiscalía General del Estado está obligada a realizar una investigación profesional y a fondo que deje satisfecha a la opinión pública no sólo nacional sino internacional.

Sería un tremendo error que, por tratar de no afectar la imagen del país y del estado y consecuentemente la vista de turistas nacionales y extranjeros, se buscara ocultar la verdad de lo que pasó durante los últimos diez días de abril pasado.

En primer lugar, las autoridades tienen que investigar si fueron asesinados y en su caso por quién o quiénes y por qué, y luego detener y castigar a los responsables. Los transportistas que cubren la ruta San Cristóbal-Ocosingo pueden aportar datos porque más de alguno seguramente los vio en la carretera.

Realmente es lamentable que dos inocentes ciclistas soñadores hayan muerto en las condiciones en que murieron. Hasta ahora sólo se sabe que fueron encontrados en un barranco de más de 400 metros de profundidad, a diez kilómetros de Ocosingo, en una zona que funciona como basurero y en la que también, por cierto, se aprecia un paisaje hermoso.

Es triste que dos hombres pacíficos y alegres, con ganas de vivir, de soñar, hayan perdido la vida de tal forma, lejos de sus países de origen, de sus familias. En sus rostros, según las fotografías que han circulado después del hallazgo de sus presuntos restos, se nota que lo único que deseaban era ser libres y soñar con que podrían andar en bicicleta de país en país con el mensaje de que es posible tener un mundo mejor para todos.

La última fotografía del alemán con su bicicleta frente a la catedral de San Cristóbal de Las Casas es conmovedora, pues se le ve lleno de alegría, sin saber que pocos días después dejaría de existir porque se atrevió a pisar una zona en la que prevalece la inseguridad.

Algo que todavía no se ha aclarado es si como se piensa, los dos ciclistas europeos se conocieron en San Cristóbal de Las Casas o si ya de antes tenían alguna relación.

Estos hechos dejan muy mal parado no sólo al gobierno estatal sino al de México, ya que las noticias sobre hechos violentos crecen cada día en diferentes entidades.

Uno de los sectores más afectados será el del turismo, pues luego de leer la noticia muchos eventuales visitantes lo pensarán dos veces, ya que, además, se suman otros factores como los constantes bloqueos carreteros.

Por lo pronto, se encuentra ya en Chiapas un hermano del ciclista alemán, pero de entrada se sabe que la embajada de su país en México le pidió no hacer declaraciones a la prensa, quien sabe si a pedido del gobierno federal o por iniciativa propia, dado que las investigaciones están en curso.

Por muchas razones, lo más saludable para todos es que las autoridades esclarezcan plenamente los hechos y que no queden dudas acerca de las condiciones en que murieron los dos ciclistas europeos.

Paro de maestros

Los maestros de la Sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), acordaron proponer a la dirigencia nacional de esta última, que el paro nacional estalle el 11 de junio próximo, es decir, dentro de casi un mes.

Muchos padres de familia están ya preocupados por la posibilidad de que se concrete la suspensión de actividades porque ello afectaría a miles de niños y niñas que se quedarían sin clases por enésima ocasión.

Ojalá que las autoridades federales, a las que corresponde resolver la mayoría de demandas de los profesores, pongan todo su empeño para evitar el paro de labores, y que los maestros a su vez, flexibilicen su postura para que puedan llegar a acuerdos que satisfagan a ambas partes.

Se entiende que en medio de la coyuntura electoral no será fácil que los profesores cedan tan fácilmente a sus exigencias, pero alguna forma de negociación tiene que haber para que los niños y las niñas ya no pierdan más clases, pues con ello avanzaría el rezago en materia educativa en la entidad, una de las atrasadas en el país en ese rubro.

Los maestros han realizado hasta ahora tres paros, de uno, de dos y de tres días, en lo que va de este año, pero al parecer es poco lo que han logrado, por lo que una de sus últimas cartas es la suspensión de labores por tiempo indefinido a partir del 11 de junio o de la fecha que finalmente acuerde la dirigencia nacional de la CNTE, porque además de la coyuntura electoral se acerca el fin del ciclo escolar 2017-2018.

Ya se sabe que la demanda de que sea abrogada la reforma educativa no será atendida por el gobierno federal en lo que queda de este sexenio, y en todo caso, ello se daría, con todos sus asegunes, en la siguiente administración dependiendo de si gana el candidato Andrés Manuel López Obrador porque si triunfaran Ricardo Anaya o José Antonio Meade, quedaría descartado.

De todos modos, es importante que tanto los maestros de la CNTE como el gobierno federal tomen en serio este asunto y pongan toda su voluntad política para evitar que estalle el paro de labores. Fin.