Cochinita pibil, arroz, sopa

Con una elección aparentemente resuelta, a menos que, como ya se ha dicho antes, suceda algo muy, muy extraño de aquí al primero de julio, los cuatro candidatos presidenciales participarán hoy martes 12 de junio, en el tercero y último debate, en busca de ganar más votos.

Sin asomo de dudas acerca de que Andrés Manuel López Obrador aparece en la punta en todas las encuestas, la disputa por el segundo lugar entre el priísta José Antonio Meade y el panista Ricardo Anaya, está a todo lo que da, con acusaciones graves.

Ambos saben que el debate de este martes es probablemente la última oportunidad que tienen para tratar de acercarse al tabasqueño, que navega solitario en las alturas, y si no naufraga en lo que queda de este mes, habrá llegado a puerto seguro el primero de julio.

La filtración de más supuestas pruebas en contras del panista en los días recientes, refuerzan lo que se ha venido comentando: Los Pinos y el PRI están dispuestos a no permitirle que se quede en el segundo lugar, sino dejarlo en el tercero para tratar de maniobrar en favor de Meade y ver qué puede rescatar a partir de la estructura con que cuenta en todo el país y el dinero a montones que como río correrá el primero de julio, sobre todo en las zonas rurales más pobres del país.

Podría parecer a lo lejos que la embestida contra Anaya le beneficiaría en algún momento si se le quiere poner como opositor al presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo a partir de declaraciones de panistas de que ya pactó con López Obrador, pero con la denuncia interpuesta ayer por el senador blanquiazul Ernesto Cordero -hombre cercanísimo al ex presidente Felipe Calderón- ante la Procuraduría General de la República (PGR) por lavado de dinero y tráfico de influencias, todo indica que el aparato de Estado va con todo en contra del abanderado de origen queretano.

Se antoja difícil pensar que la embestida en contra de Ricardo Anaya es parte de una estrategia para beneficiarlo, porque cuando ya se interpone una denuncia como lo hizo Cordero ayer, es algo serio y delicado.

No ha faltado algún mal pensado que ha llegado a suponer que con esta desesperada acción podría buscarse incluso la inhabilitación del candidato panista para beneficiar al priísta de última hora u obligarlo a declinar. ¿Será posible? En este México surrealista todo es posible.

Esto hace suponer que las acusaciones en el debate de hoy se centrarán entre los candidatos de la coalición Todos por México y de Por México al Frente, que, por cierto, pocos entienden para qué se formó.

Conforme se acerca la hora para la confrontación que será transmitida por la televisión, las apuestas crecen para saber quién de los candidatos comerá y saboreará más la cochinita pibil yucateca, famosa entre la gastronomía mexicana.

Sí, hablando de gastronomía, basado en las encuestas, López Obrador acude al dicho popular de que “este arroz ya se coció”, pero en el mismo tenor sus adversarios le reviran con otro adagio muy conocido: “Del plato a la boca, se cae la sopa”.

Ojalá, pues, que en el debate de este martes, los cuatro abanderados: López Obrador, Meade, Anaya y Jaime Rodríguez “El Bronco”, hagan gala de civilidad política y dejen atrás los insultos y las agresiones verbales y se dediquen a exponer sus propuestas para que los ciudadanos las analicen y voten por las mejores el primero de julio.

Es cierto, sigue en el aire la pregunta de si El Bronco declinará o si finalmente llegará a la meta, aunque sólo sea con algunas decenas de miles de sufragios.

A muchas personas no les gusta este ambiente de crispación que se genera en las campañas, con acusaciones mutuas, insultos, etcétera, pero es parte de la competencia política. Lo que sí sería grave es que se dividiera al país y que una vez concluidas las elecciones continuaran la denostación y que en lugar de reconciliación continuara el encono, porque la situación sería más complicada no sólo para quien tenga que gobernar a partir del primero de diciembre sino del quién seguirá ocupando Los Pinos hasta esa fecha.

Hablando de debates, el que estaba programado entre los cinco abanderados a la gubernatura de Chiapas para el domingo 11 de junio, se pospuso para el 20 de este mismo mes, con el argumento de que las movilizaciones magisteriales que se realizan en la capital del estado, podrían ponerlo en riesgo.

Quién sabe hasta dónde son reales los riesgos, pero es un hecho que teniendo un foro de ese tipo, los profesores no iban a desaprovechar la oportunidad de hacerse notar, aunque el sitio fuera blindado con policías para resguardar la seguridad.

Por ese lado estuvo bien que se haya pospuesto y cambiado de sede, aunque nadie puede asegurar que para el 20 en que se programó la confrontación a hayan concluido las movilizaciones magisteriales, pues existen versiones de que podrían retirarse hasta el 25.

De todos modos, el quinto candidato como ya se le conoce a Fernando Castellanos Cal y Mayor, postulado por los partidos Verde Ecologista de México, Podemos Mover a Chiapas y Chiapas Unido -quien no participó en el primer debate porque todavía no estaba registrado- tendrá más tiempo para hacer campaña y presentarse ante los ciudadanos a través de las pantallas para dar a conocer sus propuestas.

Dado que la fecha de las elecciones estará muy próxima para entonces, lo más probable es que para el 20, ya poco puedan influir los candidatos en el ánimo de los votantes para que cambien la decisión de su voto, que en muchos casos, sólo podría ser modificada dependiendo del monto de lo que los partidos y sus operadores les ofrezcan el día de las elecciones.

Mientras tanto, los cinco abanderados: Rutilio Escandón Cadenas, Roberto Albores Gleason, José Antonio Aguilar Bodegas, Fernando Castellanos Cal y Mayor y Jesús Alejo Orantes, siguen recorriendo el estado tratando de convencer a los votantes. Fin.