Mundial y elecciones

A partir de ayer en que comenzó el mundial de futbol en Rusia, la atención se dividirá en México por lo menos en dos temas centrales: las elecciones presidenciales del primero de julio próximo y el futbol al más alto nivel, lo que de alguna forma ofrecerá un respiro a quienes ya están hartos del circo electoral.

Aunque da la impresión de que a diferencia de otros campeonatos del mundo el que fue inaugurado ayer no ha despertado tanto entusiasmo, para la mayoría de mexicanos la justa será siempre un atractivo para distraerse.

Desde ayer en que se transmitió la ceremonia inaugural y luego el partido entre el anfitrión Rusia y Arabia Saudita -¡Qué goliza (5-0) se llevaron los visitantes!-, millones de personas se quedaron prendidas a los televisores para no perder detalle de las acciones de tal magnitud que sólo pueden verse cada cuatro años.

Pero como es natural, el país se paralizará en buena medida el domingo próximo cuando a las 10 horas México enfrente nada más y nada menos que a Alemania, uno de los favoritos para llegar a las finales. Así que, si alguno de los candidatos tiene una noticia bomba para tratar de subir en las preferencias electorales y desbancar a los que van arriba en las encuestas, tendrá que guardarla para después porque ese día se hablará sólo del improbable triunfo, del empate o de la derrota del equipo azteca.

Tomando como referencia los últimos resultados en los partidos de despedida, da la impresión de que el equipo mexicano no ha generado tantas expectativas o que no es tan fuerte como en ocasiones anteriores o será porque últimamente los jugadores que militan en Europa no han brillado tanto como algunos de sus antecesores.

Paradójicamente, la actual es una de las épocas en que más elevado es el número de mexicanos que juega en equipos importantes del extranjero, sobre todo de Europa, donde militan los mejores futbolistas del mundo: El portugués Cristiano Ronaldo y el argentino Lionel Messi.

Hasta no hace muchos años se asociaba a la selección nacional, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), porque se apropió de los colores patrios y porque los políticos y gobernantes del otrora invencible tricolor se afanaban en explotar su imagen, aunque perdiera más que ganara.

Todavía en el pasado debate del miércoles en Mérida, Yucatán, siguiendo esa tradición, el candidato priísta, José Antonio Meade Kuribreña, fue el único que se refirió explícitamente al desearle éxito a la selección nacional.

Además, en varias ocasiones, como ahora, el mundial coincide con las elecciones, y antes hasta se llegaba a jugar con la idea de que si perdía el representativo azteca, el PRI estaba en riesgo, sobre todo cuando la competencia entre los partidos políticos por la presidencia de la República comenzó a ser real.

El representativo mexicano, como ya se decía arriba no parece estar ahora en las mejores condiciones para poder avanzar con éxito a la siguiente ronda y luego a la que sigue para colocarse entre los más cotizados del mundo.

La única explicación de los malos juegos de despedida que dio la selección mexicana sería que se trata de una estrategia para confundir a los equipos a los que enfrentará para que se confíen y que a la hora en que los enfrente sorprenda y salga triunfante hasta avanzar a las rondas de semifinales. Pero, la verdad, pocas esperanzas existen de que el nivel futbolístico se dispare respecto del que ha desplegado en los meses recientes.

Regresando a las elecciones, y haciendo un símil, algunas personas piensan que el sistema podría estar jugando una estrategia aplicable a las votaciones del primero de julio. Es decir, mantener a nivel de opinión pública, la impresión de que Andrés Manuel López Obrador las ganará para que él, su equipo y sus seguidores se confíen y que el día de las votaciones hubiera una sorpresa, sobre todo si sus seguidores dan por hecho el gane y deciden quedarse en su casa viendo los partidos del mundial en lugar de salir a las urnas a sufragar o a cuidarlas.

Aunque a estas alturas esto parece poco probable, pues en todas las encuestas el tabasqueño aparece como puntero solitario casi inalcanzable, y por lo tanto sería muy difícil revertir el triunfo que ya se da por hecho en todos los niveles, hasta en el extranjero, la verdad sólo verá el primero de julio.

A algunas personas suspicaces no deja de llamarles la atención que los españoles, empezando por Antonio Solá, a quien se le atribuye la creación de la frase “AMLO es un peligro para México”, que mucho influyó para su derrota en 2006, cuando ya se hacía en Los Pinos o el ex presidente del gobierno español, Felipe González, hayan asegurado hace unas semanas que el candidato de Morena ganará los comicios sin mayores problemas, a menos que pasara algo en verdad extraño.   

¿Esto, que parece una campaña, es real o en el fondo busca también que se confíen los morenistas para que al final pierdan? Es decir, jugar al revés: En lugar de decir que va a perder como se acostumbra, hacerlo a la inversa. Otra hipótesis es, reconociendo lo real, que se están adelantando a lo (casi) inevitable para que sigan los jugosos negocios que los españoles han hecho en los últimos sexenios en México, incluyendo la concesión de carreteras de cuota como la que comunica a San Cristóbal de Las Casas con Tuxtla Gutiérrez.

Como decíamos, el balón rueda desde ayer y tal vez de algún modo las campañas perderán un poco de interés, sobre todo los días que juegue México (el 17, el 23 y el 27 de junio). Habrá que esperar si pasa de esa ronda y si su siguiente partido no se programa para el primero de julio, porque entonces de seguro habrá menos votantes. Para el 2 de julio ya se sabrá quién de los ahora candidatos recibirá ya como presidente electo por el golazo del triunfo electoral, a la representación nacional a su regreso de Rusia, ya sea de manera victoriosa o derrotada. Fin.