Tragedia

Una nueva tragedia ha enlutado a varias familias, luego del fatal accidente ocurrido el pasado miércoles en la entrada poniente de Tuxtla Gutiérrez, como consecuencia de que un camión de carga presuntamente se quedó sin frenos y arrolló a algunos vehículos y a personas que estaban a la orilla de la vía.

Según el reporte de las autoridades municipales, el saldo de este terrible accidente hasta la noche del miércoles era de siete muertos y nueve heridos, entre ellos tres menores, varios de gravedad.

Entre las víctimas mortales se encuentran tres policías estatales que permanecían en el lugar, en la entrada a la capital, cuando el camión impactó y arrolló vehículos y personas a plenas luz del día.

No es la primera vez que sucede en ese sitio un accidente grave como el ocurrido el miércoles después del mediodía, y aunque ya se construyó una rampa en la zona, pareciera que algo ha fallado o algo sigue faltando para evitar más siniestros.

Efectivamente, la pendiente del último tramo de la autopista antes de llegar a La Pochota, es muy pronunciada, por lo que las autoridades deberían de hacer un nuevo análisis y evaluar si no es necesario tomar otras acciones, además de la rampa ya mencionada que mucho ha servido, para impedir nuevas tragedias como la del miércoles.

A la mejor faltan más señalamientos para que los conductores que vienen de fuera y no conocen se den cuenta de que existe la opción de la rampa cuando les fallen los frenos de sus unidades, por ejemplo.

Es casi inexplicable que en este último caso el conductor, quien fue detenido, no se haya percatado de que existe la rampa y haya ocasionado la tragedia que ha enlutado a varias familias.

A estas alturas ya no se trata de ver quién tiene o no la culpa sino de analizar qué otras medidas deben de tomarse para prevenir que se repitan accidentes de este tipo que pueden evitarse tomando acciones adicionales.

La tragedia pudo ser mucho más grave si los maestros -o cualquier otro grupo- que estaban tomando las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) cerca de la zona, hubieran estado en La Pochota como ha sucedido en otras ocasiones.

Afortunadamente no había bloqueo en ese punto, pero de ahora en adelante, independientemente de la rampa y de otras medidas que pudieran tomar las autoridades correspondientes, habrá que hacer hincapié en que no es conveniente que haya concentraciones en ese sitio para prevenir hechos lamentables.

El punto ya referido se ha convertido en un verdadero peligro para muchas personas que tienen la necesidad de transitar por ahí, de permanecer como los policías en cumplimiento de su trabajo o de vender alimentos, por ejemplo.

Junto con ese punto, se ha vuelto un peligro la carretera de cuota que comunica a San Cristóbal de Las Casas con Tuxtla Gutiérrez. A pesar de ello, la empresa española concesionaria y las autoridades responsables de vigilar que haya seguridad para quienes la transitan, poco han hecho.

Ya se ha dicho antes que una de las razones por las que suceden accidentes en esa vía de tan sólo 46 kilómetros, es que muchos automovilistas conducen con exceso de velocidad y en ocasiones en estado de ebriedad. Es decir, hace falta conciencia de parte de algunos conductores.

No ha habido poder humano que haga disminuir los accidentes en esa un tanto insegura carretera, cara, por cierto, porque no se han tomado medidas efectivas para reducirlos.

Ojalá que con la desgracia sucedida el miércoles en la entrada poniente de la capital se haga conciencia de la necesidad de tomar medidas efectivas para evitar más accidentes y tragedias en ese punto y en la carretera cuota ya citada.

Picotazos

Finalmente, no se llevó a cabo sino sólo a medias el segundo debate programado entre los cinco candidatos a la gubernatura del estado para el pasado miércoles. Parece que a tres de los aspirantes (Roberto Albores Gleason, Rutilio Escandón Cadenas y Fernando Castellanos Cal y Mayor) no les interesaba mucho asistir a la confrontación de propuestas organizada ya sólo por la Coparmex, pues el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) se retiró de la organización. Como no era obligatorio, los candidatos que no acudieron valoraron que no les representaría ningún costo político. Probablemente tengan razón, pues efectivamente, parece que a poca gente le interesa realmente lo que digan en los debates, ya que muchas veces sobresale la confrontación personal y no la exposición de las propuestas, ideas y proyectos. No pocas personas ven los debates para divertirse un poco, pues más de algún abanderado sale con ocurrencias que causan gracia. La verdad es que después de todo el desbarajuste que ha ocurrido en este proceso electoral en Chiapas, al grado de que entre los votantes ni siquiera existe certeza de quiénes son los candidatos al senado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ni a la diputación federal por el quinto distrito con cabecera en San Cristóbal, por ejemplo, pues Enoc Hernández Cruz todavía no la tiene segura, a quién puede importarle si hay o no otro debate. El asunto se ha abaratado tanto, que poca gente cree en estas cosas y menos le interesa. A pesar de todo, José Antonio Aguilar Bodegas y Jesús Alejo Orantes asistieron al debate que no fue, o cuando menos no como debía ser, y tal vez algunos votos extra podrán obtener, aunque como no fue transmitido por televisión, fue visto por menos personas que el primero. Por cierto, algunas personas piensan que el líder cañero de Venustiano Carranza no tarda en declinar posiblemente por el candidato del partido oficial. Habrá que esperar, pero de ser así, no quedará duda de quién es el elegido para ocupar, “haiga sido como haiga sido”, el cargo de gobernador a partir del 8 de diciembre. Fin.