Saldo blanco

En coordinación con su par de Chiapas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) evaluó a ocho mil 727 profesionistas egresados de escuelas normales y universidades públicas y privadas para ingresar al Servicio Profesional Docente, durante el ciclo escolar 2018-2019.

Es probable que esta sea la última ocasión en que la evaluación se realice con el formato y contenido derivados de la actual reforma educativa, ya que se supone que cuando menos el próximo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador le hará modificaciones importantes a los puntos centrales.

Quién sabe si es esto mismo lo que de alguna forma inmovilizó a los antes rijosos estudiantes y maestros chiapanecos que se oponían a la aplicación de la reforma educativa, pues no se supo de protesta alguna durante la aplicación de la prueba el pasado fin de semana.

Lejos quedaron aquellos días en que contingentes de maestros y estudiantes normalistas protestaban para tratar de impedir la evaluación para el nuevo ingreso.

No se sabe aún qué pasará con la reiterada exigencia de los normalistas que egresan cada año, de que las autoridades educativas les otorguen plazas automáticas una vez que concluyan sus estudios.

Lo que sí está claro según las declaraciones de López Obrador es que cambiará la forma de evaluar a los maestros que están ya trabajando en el sistema, pues no se puede aplicar la misma prueba a docentes del norte que del sur del país. Este es uno de los puntos torales de la reforma educativa puesta en marcha durante el presente gobierno.

Habrá que recordar que el rechazo de los maestros chiapanecos a ese punto en particular tuvo altos costos incluida la muerte del profesor David Gemayel Ruiz Estudillo, arrollado por un autobús el 8 de diciembre de 2015, cuando miles de mentores protestaban y se enfrentaban con policías en las inmediaciones de la Escuela Nacional de Protección Civil, ubicadas en el antiguo aeropuerto de Llano San Juan.

Los aguerridos profesores chiapanecos lograron en esa y otras ocasiones que las autoridades federales y estatales tomaron muy en serio el rechazo a la reforma educativa.

Incluso, con la sangre todavía en el rostro y manoteando, el temido y afamado Espartaco (José Luis Solís López), comandante de la Policía Federal, casi reclamó ese 8 de diciembre de 2015 al entonces secretario de gobierno de Chiapas, Juan Carlos Gómez Aranda: “¿Qué les da de comer, secretario, que son tan resistentes? Ya ni los de Oaxaca. ¡Se tragan el gas (lacrimógeno)!”.

Así de intensos fueron aquellos días en que el gobierno federal intentaba imponer a sangre y fuego las modificaciones constitucionales en materia educativa. Parece que ahora las cosas son diferentes. Cuando menos en la aplicación de la prueba para el ingreso al Servicio Profesional Docente el fin de semana pasado no hubo ningún tipo de protestas, a menos que no hayan trascendido públicamente.

Más allá de la evaluación en sí, debe de destacarse que la aplicación de la prueba se realizó sin incidentes y sin problemas a pesar de la gran cantidad de personas que hubo que movilizar.

Ello significa que toda la parte operativa y de logística en general fue bien conducida por el titular de la Secretaría de Educación de Chiapas, Eduardo Campos Martínez, responsable de instalar miles de computadores con internet para la presentación de la prueba; proporcionar alimentación, colocar carpas y servicios sanitarios para los miles de sustentantes, entre otras cosas.

Puede decirse, entonces, que el joven funcionario entregó buenas cuentas a la SEP que, a través del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) y de la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente, con el acompañamiento del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), aplicó las pruebas.

Según datos oficiales Chiapas ocupa el primer lugar a nivel nacional en la evaluación de nuevo ingreso con la asistencia del 82.71 por ciento de los sustentantes y como “resultado de un exitoso esfuerzo interinstitucional”.

Ojalá que el gobierno federal tome en cuenta la petición de Campos Martínez -que está retomando el sentir de muchos normalistas y profesionistas que desean una plaza en el sistema educativo- de que genere condiciones, por medio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para incrementar el número de puestos que se asignarán a los maestros que resulten idóneos, a partir de agosto, cuando la SEP publique los resultados de la evaluación, pues desde 2014 la entidad no ha recibido plazas docentes de nueva creación por parte de las autoridades educativas federales, a pesar de que el servicio ha aumentado 18 por ciento en todos los niveles educativos.

Picotazos

No parece fortuito que el 4 de julio, apenas pasadas las elecciones que le dieron el triunfo por amplio margen a López Obrador, el litro de gasolina en México se incrementara en 10 centavos de golpe y que de ahí a la fecha haya ido subiendo otros centavos. Al paso que vamos, pronto costará 20 pesos el litro, algo impensable hace todavía unos años. Es probable que mediante los aumentos, la administración federal esté buscando obtener más recursos para tratar de pagar los adeudos de aquí a noviembre. Total, las elecciones, que perdió con su candidato priista, ya pasaron y no hay por qué cuidar lo poco que queda de la imagen. Además, es posible que el gobierno y los gasolineros estén buscando una estrategia para que cuando se ponga en marcha la nueva política sobre los precios de los combustibles una vez que tome posesión el próximo gobierno, de todos modos sigan elevados a pesar de que bajen en algún porcentaje y el combustible en México siga siendo uno de los más caros del mundo. Fin.