¿Qué hacer?

Ni la presencia de la Base de Operaciones Mixta (BOM) ni la firma de acuerdos de respeto mutuo han sido suficientes para evitar el derramamiento de sangre en Santa Martha (municipio de Chenalhó y Aldama), por la disputa de 60 hectáreas, que además, ya fueron pagadas por el gobierno.

En poco más de una década, este conflicto ha dejado a la fecha por lo menos 17 muertos, 14 de Santa Martha y 3 de Aldama, y dadas las condiciones podría haber más pérdida de vidas humanas si no se toman las medidas necesarias para evitarlo.

El hecho de sangre más reciente sucedió apenas el sábado pasado, cuando cinco integrantes de una familia -los padres y tres hijos, incluido un menor de edad- de Santa Martha, Chenalhó, fueron asesinados a balazos; otros dos pobladores resultaron lesionados.

Se presume que estas personas fueron emboscadas por pobladores de Aldama por la disputa de las tierras, cuando se dirigían a su parcela a trabajar.

Se esperaba que con la presencia de la BOM desde principios de mayo pasado se controlara la situación, pero la tranquilidad relativa sólo duró tres meses, pues el pasado fin de semana estalló nuevamente la violencia.

El anterior ataque sucedió a principios de abril pasado cuando fueron asesinados tres hombres de Aldama y uno de Santa Marta, lo que ha agudizó la pugna entre las partes.

Tal situación ocasionó entonces el desplazamiento de cientos de personas de Aldama que huyeron por temor a la violencia. Todo indica que con la llegada de la BOM, los pobladores regresaron a sus casas en los meses recientes, o cuando menos sólo salían parcialmente.

Sin embargo, el asesinato de la pareja y sus tres hijos el pasado sábado puede provocar que nuevamente, que los habitantes de Aldama abandonen sus viviendas y busquen esconderse en el monte, ya que es de suponerse que sus vecinos de Santa Martha, difícilmente se quedarán tranquilos esperando a que se haga justicia, más cuando en cuatro meses han sido asesinados ocho de sus pobladores por uno del grupo contrario. ¿O es porque los de Aldama consideran suyas las tierras debido a que ya le fueron pagadas a Santa Martha?

Además, no es fácil para la policía detener a los responsables. Se sabe que existen órdenes de aprehensión en contra de integrantes de ambos grupos por hechos anteriores, pero están guardadas por falta de condiciones para ejecutarlas. Ya se sabe que la impunidad alienta la violencia.

En los dos hechos anteriores han sido asesinados de manera impune integrantes de dos familias. Estos sucesos han provocado una situación de tensión muy delicada en la región, donde se temen más agresiones.

Parece increíble que aun con la presencia de la BOM, integrada por militares y policías, habitantes de los dos municipios porten armas de grueso calibre y se paseen como si nada.

Más increíble parece que por 60 hectáreas hayan muerto ya 17 personas, por lo que algunos se preguntan si es el interés de las tierras lo que en realidad está detrás de las agresiones mortales o si existen otros intereses políticos, o inclusive económicos.

¿O será que quienes están detrás de estos hechos están ya enviando un mensaje al próximo gobierno en sus tres niveles? Si en cinco años y medio no ha sido resuelto el problema, es de suponerse que este diferendo, muy delicado, por cierto, será heredado a la próxima administración.

Si la presencia de la BOM y la firma de pactos de civilidad no son suficientes para contener la violencia entre Santa Martha y Aldama, las autoridades tendrán que pensar en otras opciones porque no es posible que sigan muriendo personas por ese problema.

Desde hace muchos meses son frecuentes los disparos de armas de fuego, por lo que es necesario que las autoridades correspondientes realicen una campaña de desarme en la región, con el fin de evitar la presencia de armas.

Tal vez habría que fortalecer la presencia de los integrantes del Ejército Mexicano que imponen un poco más de respeto porque está claro que las partes no tienen voluntad real para respetarse mutuamente y tratar de vivir en paz.

Ojalá que las próximas autoridades de los tres niveles busquen los mecanismos eficaces para solucionar de fondo el conflicto sin “administrarlo”.

Picotazos

Algunas personas se han preguntado si el cambio del general Luis Alberto Brito Vázquez al frente de la Séptima Región Militar es sólo de rutina o si es porque se alista para desempeñar un cargo más alto en la Secretaría de la Defensa Nacional, ahora que con el próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador se vendrá el reacomodo en la cúpula militar. Antes de que se realizaran las elecciones del primero de julio, se había especulado que era uno de los candidatos, sobre todo si ganaban Ricardo Anaya o José Antonio Meade. No se sabe públicamente si luego del triunfo del tabasqueño se mantienen sus posibilidades de ser el titular de la Sedena, pero su cambio ha llamado la atención, y más la forma en que fue despedido por las autoridades estatales, ya que en nombre del gobernador Manuel Velasco Coello, el secretario general de gobierno, Mario Carlos Culebro Velasco, le hizo un amplio reconocimiento “por la valiosa y eficaz labor desempeñada al frente de la Séptima Región Militar, que contribuyó a preservar el orden, la tranquilidad y la paz social, así como su respaldo en las tareas de ayuda humanitaria y de asistencia a la población afectada por situaciones de contingencias y desastres naturales”. Habrá que esperar un poco más pasa saber si el relevo tiene que ver con ese paso hacia el frente. No hay que olvidar que el actual secretario, Salvador Cienfuegos Zepeda, también fue comandante, entre otras, de la Séptima Región Militar, con sede en Tuxtla Gutiérrez. Fin.