¡Seguridad, ya!

Los hechos sucedidos ayer afuera del Palacio de Justicia de San Cristóbal de Las Casas son más graves de lo que parecen, por lo que algo tendrán que hacer las autoridades de los tres niveles para evitar que se repitan.

Nadie se explica cómo varias personas pueden llegar armadas a ese lugar o sus alrededores, cuando a pocos metros está la guarnición militar y un poco más adelante el cuartel de la Policía de Seguridad Pública y Protección Ciudadana.

De milagro sólo hubo, hasta anoche, un muerto y un herido de bala -más dos golpeados-, ya que, según testigos, los balazos se escucharon durante aproximadamente 15 minutos.

Lo que ocurrió ayer es que dos grupos del ejido El Pinar Cuxtitali, enfrentados desde el año pasado a causa de diferencias por la introducción de la energía eléctrica, pretendieron arreglar sus problemas a balazos en el mismísimo Palacio de Justicia.

De acuerdo con la información disponible, integrantes de uno de los dos grupos, que habitan en el barrio Cipresal El Pinar, acudieron a la Fiscalía para interponer una denuncia porque algunos de sus familiares fueron retenidos el lunes por sus vecinos del barrio de San Antonio El Pinar, con quienes están enfrentados.

Hasta anoche existía mucha confusión acerca de cómo sucedieron realmente los hechos. Una versión indica que cuando este grupo de unas 20 personas salía de interponer la denuncia de la Fiscalía, fue agredido por unos 200 hombres, muchos de ellos con armas de fuego, de San Antonio El Pinar.

A todas luces, este grupo, el de San Antonio El Pinar, era mayoritario, pero ahora resulta que el muerto forma parte de sus filas. Sus familiares culpan al dirigente estatal de la Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos (CROM), Gerardo Ortega López, quien desde el pasado miércoles denunció ante la prensa que pretendían secuestrarlo por estar defendiendo a los pobladores de Cipresal El Pinar.

Aseguran que lo vieron disparar un arma en contra del ahora difunto, pero Ortega López lo niega y afirma que cuando otra vez pretendieron secuestrarlo, corrió hacia adentro del Palacio de Justicia. Lo que sí es un hecho es que si como dicen sus contrarios, el dirigente de la CROM disparó un arma de fuego, los más de 200 compañeros del herido lo habrían detenido en el momento y quién sabe cómo le hubiera ido.

Todo parece indicar que quienes llevaban las armas son los de San Antonio El Pinar, aunque eso no significa que alguien del grupo de Gerardo Ortega, o él mismo, no fuera armado también. Pero si fue así, aquí surge la pregunta: ¿Ortega López o alguien de su grupo entró armado a la Fiscalía para interponer la denuncia? Si es así, es muy grave y las autoridades deben de tomar medidas efectivas para evitarlo en el futuro.

Llama la atención que después de la confusión y de los balazos, Ortega López no haya huido, sino que se haya refugiado en la guarnición militar que está a pocos metros del Palacio de Justicia, donde poco más tarde fue detenido por la policía.

Ello representa una ventaja para las investigaciones, ya que si disparó como dicen sus contrarios, saldrá positiva la prueba de radisonato de sodio que seguramente las autoridades competentes ya le practicaron. Si la prueba sale negativa, lleva las de ganar, y habrá que investigar quién fue el que disparó en contra de Samuel Sántiz Pérez, de 26 años de edad, del barrio de San Antonio El Pinar, quien perdió la vida en este lamentable suceso.

Hasta anoche había 13 detenidos, a varios de los cuales probablemente les resulte positiva la prueba de radisonato de sodio, pues fueron capturados por la policía, luego de verlos disparar. Afortunadamente, los uniformados actuaron relativamente pronto y no dejaron que escapara. Esto ayudará a esclarecer con rapidez los hechos, pues varios de ellos están presuntamente involucrados.

Más allá de que hubo un muerto, un herido de bala y por lo menos dos golpeados severamente, además de algunos vehículos asegurados, el asunto es delicado, pues por ningún motivo debe de permitirse que ocurran sucesos de esta naturaleza en un sitio como el Palacio de Justicia.

En esa área está también la Unidad Administrativa que alberga las oficinas de muchas dependencias del gobierno estatal, y enseguida está la nueva presidencia municipal. Es decir, son cientos de personas que trabajan en esos tres edificios.

Por si fuera poco, decenas o cientos de personas, acuden diariamente a realizar algún trámite, por lo que a las 13 horas en que ocurrieron los hechos, muchos pobladores se encontraban en el área.

¿Con qué seguridad puede alguien acudir ahora a hacer algún trámite oficial a las oficinas situadas en esos lugares o los empleados a cumplir con sus obligaciones laborales diarias?

Lo sucedido ayer es una muestra más de que la inseguridad en San Cristóbal se ha agravado desde hace varios meses, sin que las autoridades hayan encontrado la forma de mejor la situación, por más esfuerzos que hagan.

Ojalá que el próximo ayuntamiento, que tomará posesión dentro de 9 días, esté ya tomando nota de todo esto que está pasando porque este será uno de los problemas más serios que tendrá que enfrentar y resolver porque la demanda de la ciudadanía será cada vez mayor.

No falta quien se pregunta si detrás de los muchos ilícitos que suceden a diario en la ciudad coleta -ayer mismo, casi al mismo tiempo en que estaba la balacera, un sujeto asaltó o intentó asaltar una oficina ubicada en la calle Cintalapa número 8, barrio de El Cerrillo- no está la disputa -o en juego- la dirección de la Policía Municipal de San Cristóbal del siguiente cabildo.

Es lógico que se genere un vacío de poder cuando una administración está ya de salida como es el caso con el presidente municipal, Marco Antonio Cancino González, lo que es aprovechado por los delincuentes para hacerse sentir y de paso tratar de negociar, porque, aunque parezca mentira, así funcionan las cosas en este país. El cabildo que presidirá Jerónima Toledo Villalobos tendrá mucha presión en el tema de seguridad, y más vale que estén preparados para ofrecer buenos resultados. Si no… Fin.