Burócratas, en paro

Chusita, la esperanza

El paro de labores que cientos o miles de burócratas de Chiapas iniciaron desde hace más de diez días, ha afectado a miles de ciudadanos que no han podido realizar diversos trámites en dependencias estatales e inclusive federales que comparten los mismos edificios.

Los trabajadores que decidieron protestar tienen razón en parar labores porque las autoridades estatales no les han cubierto los retroactivos correspondientes ni garantizan el pago del aguinaldo, pues el 8 de diciembre concluirá la presente administración.

La incertidumbre no sólo acerca de los pagos atrasados y del aguinaldo, sino de la continuidad en el empleo, es muy marcada entre los burócratas porque estamos a las puertas del inicio de un nuevo gobierno y no saben qué va a pasar.

Por ello, el movimiento que comenzó en Tuxtla Gutiérrez, en la Torre Chiapas que alberga oficinas de dependencias de los tres niveles de gobierno, poco a poco se fue extendiendo a otras ciudades importantes del estado.

La promesa de que les pagarán el 7 de diciembre está en el aire porque ese será el último día del actual gobierno, y ya el 8 no habrá a quién reclamarle más que al gobernador entrante, Rutilio Escandón Cadenas, quien, por ejemplo, podría decir que es un adeudo que no le corresponde.

Si el gobierno que finaliza el 7 de diciembre no cubre los millonarios adeudos, dejará un grave problema a la siguiente administración, que comenzaría con protestas y paros para exigir el pago correspondiente, además de las arcas vacías.

Lo malo de todo esto es que muchas personas necesitan hacer trámites en dependencias como Hacienda del estado, el Registro Civil y otras y no los pueden hacer porque las oficinas están tomadas y los empleados, que no les han dejado otro camino, decidieron irse al paro de actividades.

El movimiento de inconformidad ha crecido a tal grado de que el gobierno estatal amagó hace dos días con meter a la cárcel a los dirigentes, principalmente a Margarita Zepeda Gómez, pero parece que por fortuna dio marcha atrás porque ello complicaría todavía más la situación.

Para la noche de este jueves estaba programada una reunión más entre los dirigentes de los inconformes y las autoridades estatales, pero por la hora, hasta el cierre de esta Rotonda Pública no fue posible saber si se realizó y si en su caso se llegó a algún acuerdo.

Si hubo un entendimiento entre las partes, las protestas habrían concluido la misma noche de ayer jueves, pero si no, continuarían este viernes y tal vez la semana siguiente, y con ello la afectación a miles de ciudadanos.

Uno de los problemas es que el paro de labores y la toma de edificios ha afectado ya a dependencias federales que nada tienen que ver como la Secretaría de Educación, como ocurrió en San Cristóbal de Las Casas, pues los trabajadores de la delegación regional no pudieron laborar ayer y parte del miércoles, ya que la Unidad Administrativa fue cerrada. Y así otras dependencias ubicadas en la Torre Chiapas.

Por otro lado, el movimiento de los burócratas está evidenciando desde ahora que el actual gobierno está cerrando el ciclo de seis años con muchos problemas financieros, pues el dinero ha servido en parte, para engordar cuentas bancarias de funcionarios o ahora exfuncionarios que dispusieron como quisieron del presupuesto y ahora tienen ranchos, caballos pura sangre y otras propiedades.

Lo peor es que muchos de estos abusos, cometidos también en el nivel municipal, probablemente quedarán en la impunidad y el que saldrá perdiendo como siempre será el pueblo que cada vez está más amolado.

Chusita, la esperanza

¡Uf! Por fin, los trabajadores de la Sección 50 Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), lograron sacar de la secretaría general a José Luis Díaz Selvas, quien estaba a punto de cumplir 11 años en el cargo, y que según no pocos empleados es uno de los muchos responsables de la crisis en que se encuentra el sector en Chiapas, pues lo acusan de actos de presunta corrupción haciendo negocios personas al amparo de la Secretaría -venta de plazas, por ejemplo- y a costa del bienestar de muchos de sus compañeros.

Las esperanzas están fincadas ahora en la enfermera María de Jesús Espinoza de los Santos, conocida popularmente como Chusita, quien junto con otras de sus compañeras realizó una huelga de hambre de varios días en abril de 2017 para exigir dotación de medicamentos y mejor atención en los hospitales de la entidad.

Es una buena noticia que haya ganado ella inclusive venciendo al aparato oficial que una vez más había apostado por la continuidad del cacicazgo de Díaz Selvas. Pero parece que los vientos de cambio, que cuando menos en discurso se viven en el país, llegaron hasta la Sección 50 SNTSA y ganó la nueva opción con 5 mil 767 votos contra 5 mil 232 de la planilla oficialista.

O los trabajadores ya estaban hartos y despertaron o de plano influyó el efecto del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del primero de julio pasado. La diputada federal coleta de la Coalición Juntos Haremos historia, Martha Dekker Gómez, puso su parte al proponer un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para que se exhortara al gobierno de Chiapas a garantizar el desarrollo libre, transparente, democrático y respetuoso de la legalidad del proceso electoral para renovar la dirigencia mencionada. Ahora a ver cómo le hace Chusita para medio curar a ese enfermo casi terminal que es el sindicato y en general el sector salud.

Picotazos

Donde la situación sigue grave es en Yajalón, ya que ayer fue asesinado de un balazo el maestro de primaria, Martín de Jesús Gómez López. Ni siquiera se ha cumplido un mes del homicidio del periodista Mario Gómez Sánchez, cuando sucede este nuevo hecho de sangre que ha consternado a la población no sólo de ese lugar sino de la región. Algunos mal pensados se preguntan si estos sucesos violentos serán única y exclusivamente obra de la delincuencia o si detrás se esconden otras intenciones como, por ejemplo, crear cortinas de humo en el caótico cierre sexenal. Lo cierto es que la violencia en esa zona del estado está desbordada, por lo que las autoridades deberán de tomar acciones más efectivas para brindar seguridad a la población. Fin.