Todos los católicos, los verdaderos, claro está, están de fiesta en El Salvador, porque finalmente el Vaticano ha declarado santo al arzobispo Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, asesinado de un balazo mientras oficiaba una misa en San Salvador, el 24 de marzo de 1980.

Es sin duda un hecho histórico no sólo para El Salvador sino para América Latina en general, que de por sí, desde antes de que se oficializara su canonización ya lo había declarado San Romero de América. Es nada más y nada menos que el primer santo en Centro América.

Antes de que se cumplieran apenas cuatro décadas de su martirio, el Vaticano lo ha declarado santo del país geográficamente más pequeño de América, y que en buena medida se dio a conocer al mundo por esa guerra civil de 1980 a 1992 que dejó más de 70 mil muertos y cientos de miles o millones de migrantes por todo el mundo, incluido el autor de esta Rotonda Pública que tuvo la fortuna de aterrizar en San Cristóbal de Las Casas, una de las ciudades más bellas y mágicas de México. Sin duda.

Monseñor Romero fue una figura central de esa etapa bélica en El Salvador y a cuatro décadas todavía retumban sus homilías dominicales de denuncia sobre los abusos cometidos por el gobierno derechista, los militares y sus escuadrones de la muerte que a tanta gente inocente asesinaron.

Obispo de los pobres. Así se le puede definir por su opción preferencial por quienes menos tenían. Fue consagrado bajo el manto de arzobispo conservador, pero tan pronto como fue asesinado su amigo, el sacerdote jesuita, Rutilio Grande, en 1977, se convirtió y ahora es santo. Qué manera de darle vuelta a su historia personal.

Cuando aquel domingo 23 de marzo de 1980 pronunció aquella frase de “les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!’’, muchos sabían, empezando por él mismo, que la derecha difícilmente se lo perdonaría y terminaría asesinándolo. Y así fue, un día después una certera bala atravesó su corazón.

Los asesinos pensaron que lo habían matado sin hacer caso a lo que constantemente pronunciaba en sus homilías. “Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”.

Ahora podría decirse que ha resucitado en todo el mundo, pues desde el pasado domingo será celebrado cada 14 de octubre y de seguro seguirá haciendo milagros como los que dicen varios católicos les ha hecho.

Unos en El Salvador, la mayoría, están muy felices y otros, los de la derecha que siempre lo calumniaron, incluyendo a algunos de sus compañeros en el Episcopado, tal vez no tanto. Lo cierto es que su caso no tiene reversa: Ya es santo.

Durante la guerra e inclusive antes porque la represión oficial comenzó mucho antes de que el conflicto bélico se declarara como tal, fue atacado y presionado de todas formas, incluyendo a los grupos de derecha del Vaticano, aunque tuvo el apoyo del entonces Papa Paula VI, canonizado junto con él el pasado domingo 14 de octubre. Qué feliz coincidencia.

Ignacio Ellacuría, el sacerdote jesuita asesinado en noviembre de 1989 en la Universidad Centro Americana José Simeón Cañas junto con otros de sus compañeros por los mimos que mataron a monseñor Romero: Los militares o exmilitares, había dicho que “con monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador”. Tal cual.

Antes de su canonización el Vaticano hizo toda una investigación y las pruebas que recabó fueron suficientes para declararlo santo, a pesar de algunos que en El Salvador todavía buscaron entorpecer el proceso, pero los planetas estaban ya alineados y con la llegada del Papa Francisco las cosas se apresuraron. Así ha nacido un nuevo santo, que ya lo era desde el momento en que fue asesinado por órdenes de Roberto d’Aubuisson Arrieta, mayor retirado del ejército salvadoreño, quien -cosas de la vida- murió de cáncer en la garganta el 20 de febrero de 1992, cuatro días después de la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora (todavía) el poder.

Picotazos

El espectáculo del Cinema Sinfónico, presentado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta) de Chiapas es único y debería de ser valorado en su verdadera dimensión por las altas autoridades, como ya lo ha hecho el público que asiste al teatro cada vez que se presenta como el domingo pasado. Ya se ha dicho antes en esta Rotonda Pública que este maravilloso espectáculo es algo de lo más importante que ha realizado Juan Carlos Cal y Mayor Franco al frente de esa dependencia, con la complicidad del talentoso productor teatral Hiram Marina y del extraordinario director de la Orquesta Sinfónica de Chiapas, Roberto Peña Quesada. Es una lástima que después de cuatro años no se haya presentado en la Ciudad de México o en otras urbes del país porque se ha privado a otras personas que no viven en esta entidad de la oportunidad de disfrutarlo. Ojalá que las nuevas autoridades estatales que tomarán posesión el 8 de diciembre próximo sí se interesen de verdad y le den el apoyo que se necesita para llevarlo a otras partes del país. Y lo más importante: Que el Cinema Sinfónico continúe, que no desaparezca porque sería una verdadera lástima… Qué enredo con eso de la carpa en la Plaza Catedral de San Cristóbal. Que fue el exalcalde Marco Antonio Cancino González quien dio el permiso, dicen las nuevas autoridades. La pregunta es: ¿Y por qué no se impidió que se colocara? ¿Dónde quedó la autoridad del ayuntamiento? Con razón, las críticas no se hicieron esperar. Por lo menos dos cosas: Cancino dio los permisos porque estaba seguro de que ganaría, o, lo hizo con toda la intención de que el cabildo fuera criticado como lo fue este fin de semana… Sobre la basura: El asunto no está resuelto. Desde hace algunos días los desechos se están tirando en el llamado sitio de transferencia, ubicado en terrenos de El Aguaje, situados prácticamente atrás del cerro de Santa Cruz, por Las Peras. Ya hay como mil toneladas al aire libre, por lo que no tarda en que protesten los vecinos que viven cerca, que, por cierto, no son de El Aguaje. Es cierto, la recolección en la ciudad no se ha detenido, pero el problema se está creando en el lugar en el que se están depositando los residuos sólidos. Se sabe que ya hay máquinas trabajando para crear el relleno sanitario, pero quién sabe cuánto tarden en terminarlo. Llevar la basura a Proactiva resulta muy caro, aunque ha trascendido que al cabildo coleto le han hecho un importante descuento, pero aun así sale muy caro. Fin.