El drama migratorio

La caravana de migrantes de Centroamérica que el sábado pasado ingresó a México usando las balsas por el río Suchiate para burlar la vigilancia de las autoridades migratorias, ha desatado una crisis no sólo nacional sino internacional.

Mediante este recorrido, que comenzó el 13 de octubre en San Pedro Sula, Honduras, los migrantes están exhibiendo de algún modo el drama que miles de indocumentados vive a diario en su tránsito por México para tratar de llegar a Estados Unidos.

Sólo de esta forma, con un grupo numeroso de varios miles como el que avanza ya hacia el centro del país, es posible visibilizar el calvario de quienes buscan el llamado sueño americano.

El flujo de migrantes nunca se ha detenido, pero como las medidas de seguridad aplicadas por México son cada vez más estrictas, toman rutas peligrosas y no visibles, arriesgando más la vida, además de que tienen que pagar grandes cantidades de dólares, que muchas veces piden prestadas y luego pagan, si tienen la suerte de cruzar el Río Bravo y encontrar trabajo.

Una de las diferencias de la actual travesía es que los indocumentados no pagan los varios miles de dólares a los llamados coyotes para que los atraviesen por México, además de que van un poco protegidos, ya que la presencia de numerosos medios de comunicación, incluyendo los más influyentes como la televisora CNN o el diario The New York Times, impide que la policía mexicana los reprima con mayor crueldad.

Desde luego, lo que está ocurriendo en el sur del país es algo inédito, histórico y las autoridades no saben cómo reaccionar ante este fenómeno que exhibe a todos los gobiernos del área.

Pareciera que ante esta crisis el gobierno de México no ha sabido qué hacer, pues se ha visto vacilante, con un discurso hasta cierto punto duro, pero en los hechos ha permitido que los migrantes se internen en el país y sigan hacia el norte, salvo el viernes pasado cuando con gases lacrimógenos y equipos antimotines, impidió que  cruzaran por la fuerza por la aduana.

Sin embargo, nada hizo para evitar que esa misma tarde-noche y el siguiente día pasaran como si nada en balsas por el río Suchiate que de esa forma continuaran con la ruta establecida. Pareciera que el mensaje era: Por los cruces oficiales, no, pero por los informales, sí.

Luego, el domingo, amagó en dos ocasiones con detenerlos cuando en marcha a pie se dirigían de Ciudad Hidalgo hacia Tapachula. Da la impresión de que desde ese momento, la decisión es permitirles el paso libremente hasta donde puedan llegar por sus propios medios, pues parece poco probable que de aquí para adelante los detenga.

Una posibilidad es que esté apostando al cansancio y que los migrantes vayan quedándose a medio camino, ya que está muy difícil que aguanten tantos días en las condiciones en que viajan.

Algunas personas piensan que por un lado el gobierno federal tiene que emitir un discurso duro, pero en los hechos tiene que flexibilizar su política para no verse como represor con los centroamericanos –como el gobierno de Estados Unidos con los mexicanos-, aunque después de lo sucedido en el puente internacional de Tecún Umán-Ciudad Hidalgo, ha quedado marcado.

Para entender el drama migratorio es necesario saber que la mayoría de migrantes huye de su país de origen por la violencia y la pobreza, la inseguridad y la falta de trabajo, pues los gobiernos poco se preocupan por mejorar sus condiciones de vida, salvo Costa Rica, el más desarrollado del istmo. Todos ellos arriesgan todo lo que tienen -que es poco-  porque en sus lugares de origen es un infierno y ya no es posible vivir.

En esta crisis migratoria desatada hace casi una semana, están involucradas varias naciones de Centroamérica, México como actor central y Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, presiona al gobierno de Enrique Peña Nieto para que impida el paso de la caravana y amenaza con enviar tropas a su frontera sur.

Aunque los representantes de la caravana insisten en que “nadie está detrás” de la iniciativa, algunas personas sospechan que en el fondo podría haber intereses políticos, inclusive del gobierno de Estados Unidos, ya que el próximo mes habrá elecciones para elegir a los integrantes de la Cámara baja y alta, y Trump pretende utilizar el tema para tratar de ganar escaños.

Es impresionante el sacrificio que mujeres con sus hijos, algunos de meses de nacidos, están haciendo con tal de tratar de llegar al norte del país y luego a Estados Unidos. Esto último parece casi imposible, pero ellos tienen fe en que podrán cruzar para obtener un trabajo que les permita vivir dignamente.

Ese sacrificio incluye la vida, como quedó demostrado ayer en que la caravana sufrió su primera baja, ya que en el trayecto de Tapachula a Huixtla, perdió la vida un hombre de unos 25 años de edad al caer de una unidad en movimiento.

Así se expresó uno de los migrantes hondureños que viaja en el grupo: “La caravana está de luto, pero así vamos a seguir adelante hasta llegar por lo menos a Tijuana”.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, personal de Servicios Periciales “llevó a cabo el levantamiento del cuerpo sin vida de un hombre de aproximadamente 25 años de edad, quien de acuerdo con los primeros reportes sería integrante de la caravana de migrantes y habría perdido la vida al caer de un automóvil en movimiento sobre la carretera costera, tramo Tapachula-Huehuetán, kilómetro 282. La Fiscalía de Migrantes ya realiza la integración de la Carpeta de Investigación correspondiente”. Hasta ayer no se había informado la nacionalidad del ahora difunto.

Algo que causó mucha tristeza fue ver cómo el cuerpo del infortunado hombre quedó tirado solo en la carrera, pues el resto de la caravana siguió avanzando en su camino. Es decir, el que se quedó, se quedó, vivo o muerto. Así de cruel es el drama de los migrantes.

­­Una pregunta que no pocos se hacen a más de una semana de iniciada la caravana es: ¿En qué terminará esta aventura? Fin.