Guardia Nacional

Sin mayor oposición como se esperaba, los Congresos de diferentes estados de la República han comenzado a probar el proyecto de reformas a la Constitución Mexicana para la creación de la Guardia Nacional, enviada por el Congreso de la Unión.

En el caso de Chiapas, los 40 legisladores locales lo hicieron por unanimidad el domingo pasado, convirtiéndose en la cuarta entidad en aprobar el proyecto.      

Se entiende que no debe de haber ningún problema para que la mayoría de Congresos estatales apruebe el proyecto y que será mero trámite, pues muchos tienen mayoría del partido Morena que gobierna y los que son dominados por los partidos de oposición -PRI o PAN- ya se han alienado de la mano con sus respectivos gobernadores.

De tal forma que la creación de la Guardia Nacional es ya un hecho tan real como la urgencia de que un cuerpo de seguridad se ponga a trabajar para tratar de frenar la ola de violencia que azota a diferentes ciudades y estados del país.

Muchas personas están esperanzadas en que el nuevo cuerpo policiaco-militar sea capaz de regresar paz y tranquilidad a las familias que las han perdido a causa del incremento de la violencia.

Una de las zonas en las que ha sido visible el aumento de hechos de sangre -asesinatos, ejecutados- es la fronteriza con Guatemala, principalmente en la ciudad de Tapachula (ayer fueron ejecutados cuatro hombres en Ciudad Hidalgo, municipio de Suchiate), pero también en otras ciudades como San Cristóbal, donde han ocurrido varios feminicidios en los dos meses recientes.

En el caso de Tapachula y de la frontera sur en general, el incremento de la violencia ha sido asociado en parte a la presencia de grupos de pandillas en las que presuntamente participan migrantes centroamericanos.

Eso mismo ha causado cierta animadversión en contra de los migrantes, que en los cuatro meses recientes ingresaron por miles en caravanas por esa zona. Ello explica en parte por qué la caravana más reciente no recibió ayuda de la población como las anteriores y se le prohibió ingresar a las ciudades.

Uno de los problemas para las autoridades es que en varias partes la violencia está desbordada y será difícil que la sola presencia de la Guardia Nacional pueda contenerla si no se toman otras medidas preventivas con programas sociales y combate del creciente desempleo y la crisis económica, por ejemplo. La violencia no puede combatirse con violencia, además de que lo primero que debe de hacerse con el nuevo cuerpo de seguridad es sanearlo del cáncer de la corrupción, lo cual no es tan sencillo.

Hasta ahora la estrategia del gobierno federal para el combate de la violencia está basado en la creación de la Guardia Nacional, pero quién sabe si los resultados sean los que está esperando la sociedad. Por lo pronto, ya está el aval del Congreso de la Unión y en unos días quedará listo el de los Congresos locales necesarios para su creación.

Otro de los problemas es que los delincuentes casi siempre van adelante de los policías que tienen la desventaja de llegar por lo general, después de cometidos los crímenes.

Habrá que ver si junto con el nuevo y llamativo nombre -Guardia Nacional- la policía que está por crearse, se convierte en la opción que todos estamos esperando o si por el contrario se agrava la situación de violencia que azota al país.

Picotazos

Quiero enviar desde este espacio mis sentidas condolencias y expresarle mi hondo pesar al compañero-amigo-hermano Heriberto Ortiz Domínguez, por el sensible fallecimiento de su esposa Romyna Flores Coutiño, ocurrido el pasado viernes. Así como entiendo perfectamente su sufrimiento y ese vacío en el lado izquierdo del pecho que tanto duele, como si le hubieran arrancado a uno el corazón o el alma -es una sensación espantosa-, sé que tendrá la fuerza para salir adelante y guiar a sus dos niñas y a su niño porque por más solo que uno se sienta en esos momentos, que pueden ser días, meses o años, siempre habrá mucha gente a nuestro alrededor (familiares y amigos) que nos ayudan a caminar y a levantarnos si trastabillamos o caemos. Claro está que la vida nos cambia por completo y como muchas, muchas mujeres que son madres solteras, tenemos que hacerla de papá y mamá, partirnos en dos para hacer tareas, llevar a los hijos a la escuela, darles de comer, contarles cuentos antes de dormir, hablarles de su mamá y de que desde donde esté nos cuida y guía. Sí, son momentos de mucha confusión, de mucho dolor, pero el trabajo y los hijos no lo dejan caer a uno. Sí, tal vez hay que refugiarse en la música, en los recuerdos y sobrellevar en silencio todo ese pesar. Sólo cuando uno vive en carne propia algo semejante se da cuenta de que no hay algo peor, pero también de que es posible seguir adelante porque uno no se puede -no debe- morir con la persona que se adelantó sino esperar el turno cuando tenga que llegar. Y se da cuenta también de que no hay con quién pelear ni a quién reclamarle. Es entonces cuando uno piensa que sólo tiene dos opciones: Estallar y romper vasos, platos, mesas, sillas, refrigeradores, televisiones, computadoras, casas, carros, cerros, mares, cielos, soles, lunas, planetas, sueños, ilusiones y todo lo que esté enfrente, o simplemente, calmarse y aceptar las cosas irremediables como la muerte, por muy doloroso que sea. Es cierto, a menudo durante los meses primeros dan ganas de salir corriendo o subirse a un carro y salir como loco sin saber a dónde, a qué ni para qué para desaparecer y olvidarse de todo, pero poco a poco ese intenso dolor en el pecho va cediendo y las cosas van acomodándose a la nueva realidad que cada uno tiene destinada. Fin.