Llamado a tiempo

Lo peor que puede pasarle a las miles de familias que directa o indirectamente viven del turismo es que cuando se acercan períodos vacacionales ocurran asaltos a visitantes o se realicen bloqueos carreteros, ya que ahuyentan a los turistas.

Pues resulta que la noche del pasado jueves ocurrió un intento de asalto a turistas en la carretera de cuota San Cristóbal de Las Casas-Tuxtla Gutiérrez, con saldo de por lo menos una persona herida de bala y que por fortuna, parece que fue evitado que el ataque se concretara por la presencia de la Policía Federal sección Caminos.

Es posible que esta sea la primera vez que ocurre algo similar en esa vía, o en todo caso  una de las  contadas ocasiones. El asunto es grave porque a diferencia de la vía Ocosingo-Palenque que tiene tramos solitarios, se trata de una carretera muy transitada a todas horas, y porque sucedió a las 8 de la noche, relativamente temprano.

Pareciera que el asunto va más allá de un mero asalto y que se trata más bien de un mensaje a las autoridades y de provocar miedo para evitar que los turistas lleguen a Chiapas.

Ya sabemos que se acercan las vacaciones de la Semana Santa y con ellas las expectativas de que miles de turistas lleguen a la entidad para visitar los diferentes sitios turísticos, con la consecuente derrama económica para miles de familias que directa o indirectamente viven de la llamada industria sin chimeneas.

Sin embargo, este tipo de noticias no son tan halagüeñas, pues si eso sucede en la carretera de cuota que une a dos ciudades importantes como San Cristóbal y la capital del estado, qué puede esperarse en vías como la de Ocosingo-Palenque, donde por cierto, los asaltos son frecuentes, sin que hasta la fecha las autoridades hayan podido frenarlos.

De acuerdo con la información disponible, los hechos ocurrieron alrededor de las  20 horas, en el kilómetro 28, cuando a una unidad de transporte turístico se le ponchó una llanta y fue auxiliado por un compañero del ramo que pasaba en otro vehículo que se orilló para ayudarle, lo que fue aprovechado por sujetos armados que empezaron a dispararles con armas de fuego.

El ataque dejó un hombre lesionado y si el asalto no se concretó fue por la oportuna presencia de policías federales, que según fuentes gubernamentales, actuaron de inmediato y luego, junto con elementos de otras corporaciones, realizaron un operativo en el que detuvieron  a cinco sujetos, presuntamente responsables.

Algunos prestadores de servicios turísticos quisieran que asaltos, bloqueos carreteros, enfrentamiento y otros hechos de sangre no se dieran a conocer en la prensa para que las personas que tienen intenciones de visitar la entidad no cancelen sus reservaciones o sus viajes ya programados, como si esconder la información fuera una solución.

Al contrario, entre más se divulguen las noticias, mayor presión habrá para que las autoridades actúen en consecuencia y eviten todos estos obstáculos para la llegada de los visitantes nacionales y extranjeros y de los  mismos chiapanecos interesados en visitar destinos turísticos de la entidad.

Lo sucedido el jueves por la noche es un llamado a tiempo para que las autoridades diseñen operativos de seguridad efectivos para las próximas vacaciones, con el fin de evitar asaltos y brindar a los visitantes nacionales y extranjeros, la seguridad que exigen para transitar por las carreteras sin el riesgo de sufrir asaltos, bloqueos u otro tipo de inconvenientes.

Picotazos

Un repentino paro cardiaco le quitó la vida la noche del domingo pasado a Patricio Murphi Ruiz, sobrino del extinto obispo de San Cristóbal de Las Casas, Samuel Ruiz García. Patrick, como era conocido, era un historiador que se dedicaba al oficio de guía de turistas desde hacía varios años. Estaba celebrando los 52 años de edad, cuando le sobrevino el paro. Su muerte sorpresiva ha causado hondo pesar en sus familiares y en muchas personas que lo conocimos y tratamos durante muchos años. Hace dos semanas lo encontré en el parque central de San Cristóbal y se le veía tranquilo, aunque ahora que lo recuerdo un poco triste o cansado, pero entusiasmado por la cercanía del período vacacional de semana santa y la llegada de turistas. “Voy a tomarme un vino”, me dijo sonriente y se despidió, sin imaginar que sería para siempre. Patrick, sus hermanos Roberto, Juan David y José, junto con su madre, Luz María Ruiz García, fueron las primeras personas con las que mis primos Noé, Jacob y el autor de esta Rotonda Pública tuvimos el contacto inicial en San Cristóbal cuando llegamos el 12 de marzo de 1981 (la semana pasada hizo 38 años). Tocamos el timbre a las 7 de la mañana y Lucha nos pasó al comedor a desayunar porque ella y su hermano el obispo ya habían sido avisados de que llegaríamos ese día. Ahí estaba el juguetón Patricio desayunando junto con sus hermanos y con nosotros y desde entonces tuvimos una buena amistad. Era muy conocido por todos los sacerdotes y religiosas de la diócesis, a la cual se vinculó de una u otra forma, que los miraban en la Casa Episcopal, donde vivían, cuando visitaban ese lugar por alguna razón. Vaya desde este espacio un abrazo fraterno para sus hermanos Roberto, Juan David y Pepe, así como a sus hijos e hijas y demás familiares por esta irreparable pérdida. Descase en paz… El mismo día nos enteramos también de la muerte de otro querido amigo: El maestro Manuel Hernández, que diera clases de danza folklórica en la Casa de la Cultura de San Cristóbal hace más de tres décadas. Formó buenos ballets con muchachos y muchachas que se presentaban en varios escenarios. También lo conocí cuando estaba recién llegado y acudía a la Casa de la Cultura a aprender a tocar guitarra. Descanse en paz. Fin.