La mancuerna AMLO-Nayib

Mucha expectativa ha generado la firma del  Convenio Carta Intención en materia de cooperación bilateral entre los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador y de El Salvador, Nayib Bukele, que desde la oficialidad se ha presentado como una iniciativa que puede contribuir a frenar la migración de Cetro América hacia el norte del continente.

Si bien en México algunas personas se inclinan por darle el beneficio de la duda, otras de plano lo han criticado porque en lugar de atender primero a su población, el gobierno federal apoya a otras naciones, ya que el acuerdo contempla la entrega de cien millones de dólares al país centroamericano.

Es indudable que el acuerdo de crear un programa para la siembra de árboles en 50 mil hectáreas en El Salvador ayudará en algo a los habitantes de esa Nación, pero de eso a frenar la migración hay un largo trecho, pues uno de los principales factores de la salida de los salvadoreños es la insoportable inseguridad, ocasionada por las pandillas.

Desde luego que la pobreza también es un factor, pero pesa más la inseguridad, además de que el programa beneficiará principalmente a la población rural, no a la de las ciudades, en las que se necesitan más fuentes de trabajo.

A nivel publicitario el acuerdo tiene mucho impacto y el mensaje está dirigido más que nada a Estados Unidos, que presiona a México y a los países de Centro América para que contengan la migración a como dé lugar.

Al gobierno federal le ha dado un plazo de 45 días para que muestre los resultados, por lo que se han tomado acciones como desplegar a agentes de la Guardia Nacional en diversas zonas de la frontera y detener grupos numerosos de migrantes, no así a quienes se internan al país de manera individual o en pequeños grupos que pueden salvar los retenes.

Del lado de El Salvador, Bukele anunció dos días antes de la firma del convenio, el inicio de operaciones para combatir la delincuencia y recuperar territorios controlados por las pandillas, conocidas como maras.

La estrategia contempla el corte de señal para teléfonos móviles en los penales, por lo que el presidente ordenó a las empresas de telefonía cortar o suspender toda señal en las cárceles en un plazo de 72 horas.

Es decir, el problema se ataca de dos maneras: Por un lado, combatiendo la violencia y la inseguridad; y por otro, con la inversión de recursos que generarán 20 mil empleos en ese país, según López Obrador. Es evidente que los resultados no se verán a corto plazo, pero de seguro algún cambio habrá de notarse con estos esfuerzos bilaterales que se están haciendo.

Por lo demás, Bukele llegó a su visita a México (Tapachula) como el presidente más popular del mundo. Es el presidente más grande del país más pequeño. Será tal vez porque apenas lleva 20 días en el poder y no se ha desgastado tanto, todavía no hay forma de evaluarlo. Habrá que ver si dentro de seis meses conserva la posición del mejor evaluado.

Es sin duda un presidente carismático que está modificado algunas cosas como dar órdenes a sus colaboradores a través de Twitter e inundar las redes sociales, sobre todo esa, con mucho material. Es decir, lo que para López Obrador son las conferencias mañeras, para Bukele es el Twitter. Dos formas de hacer política y de llenar los espacios de información día a día.

Los problemas que deben de estar pasando los colaboradores de mayor de edad del presidente salvadoreño, que tienen que estar atentos y responder a las órdenes del jefe mediante las redes sociales, que maneja a la perfección.

Hará historia en todos los sentidos. La primera orden que dio al ministerio de la Defensa apenas poco después de tomar posesión para que retirara de un cuartel, el nombre del coronel Domingo Monterrosa, acusado de encabezar la masacre de El Mozote, Morazán, en la que fueron asesinadas por militares más de mil personas durante la guerra interna.

A partir de entonces, emite las órdenes por Twitter, con lo que ha crecido en número de sus muchos seguidores en esa red social; cuando es necesario explicar más ampliamente un tema recurre al Facebook. Es una nueva forma de comunicación en un presidente que ha creado un precedente y tal vez sea usada más adelante por otros mandatarios, sobre todo los jóvenes como él que saben aprovechar las redes sociales para comunicar.

Es un empresario amalgama de izquierda y derecha con buen sentido del humor. “López Obrador gobierna con puño de hierro”, escribió en Twitter el jueves, luego de que el tabasqueño lo golpeó accidentalmente en la cara al alzarle el brazo.

Aún con la grandeza y la popularidad de que todavía goza el presidente mexicano, Nayib Bukele, de 27 años de edad, brilló con luz propia en el encuentro efectuado en el Vivero Forestal Militar localizado frente a la Administración Portuaria Integral, en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Tapachula. Ahora ya no queda muy claro quién le dio reflectores a quién.

Todo indica que a pesar de la edad y de la disparidad en la influencia regional de sus respectivas naciones, López Obrador y Bukele pueden hacer una buena pareja para liderar e impulsar algunos proyectos en el área, sobre todo en lo que tiene que ver con la migración, que tanto preocupa al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rumbo a su reelección.

Efectivamente, el acuerdo firmado el jueves por ambos mandatarios es un buen ejemplo de cómo tratar de buscar soluciones al creciente problema de la migración, aunque habrá que esperar algún tiempo para saber si es lo que en realidad se necesita para evitar que la gente abandone sus pueblos de origen en busca del sueño americano o mexicano. Fin.