Conforme se acercan los tiempos de las definiciones, las cosas se van aclarando (¿o enredando?) cada vez más en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de San Cristóbal de Las Casas, rumbo a las elecciones del 19 de julio.

Como establece la convocatoria, el pasado miércoles 20 se registraron los aspirantes: Arturo Morales Urioste, Carlos Zepeda Trujillo y Juan Celydonio Hernández Macal. Había otros interesados pero a la hora del registro declinaron.

Morales Urioste es un político-político de sobra experimentado, con una amplia trayectoria, pues ha ocupado diferentes cargos públicos y partidistas en el estado desde su juventud.

Zepeda Turjillo, por el contrario, llegó a la administración pública apenas en el actual ayuntamiento, en el cual se desempeñó hasta hace poco como secretario de Desarrollo Económico y Social, precedido de una militancia panista. Parecido es el caso de Hernández Macal, quien igualmente ha desempeñado pocos cargos en comparación de Morales Urioste, aunque a diferencia de Zepeda Trujillo, él sí ha militado en el tricolor de siempre.

Haciendo un ligero análisis de cómo están conformadas las fuerzas internas, cualquiera diría que al precandidato al que se le ven mayores posibilidades en este momento es a Zepeda Trujillo, pues aparentemente cuenta con el respaldo del grupo que encabeza el ex alcalde, ex diputado y ex dirigente estatal del PRI, Sergio Lobato García -actual delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en Chiapas y esposo de la candidata del PRI-PVEM a la diputación federal por el quinto Distrito, Marisol Sandoval--, quien controla en gran medida el PRI municipal, pues fue el único, o uno de los pocos que lo mantuvo medio activo en los años recientes con sus propios recursos.

Cuando menos en estos momentos en que todavía no hay definiciones claras, la balanza se ve inclinada hacia Zepeda Trujillo, quien fue impulsado por el alcalde con licencia, Francisco Martínez Pedrero, cuyo destino político, por cierto, es un poco incierto todavía.

Si este fuera el escenario –las cosas podrían cambiar a partir de las elecciones federales del 7 de junio, aunque no es muy probable---, quedaría en el camino Morales Urioste, ante quien nada tendrían que hacer sus dos competidores internos, si en verdad los dirigentes del tricolor buscaran un candidato con conocimientos, con capacidad, con una visión clara de lo que la ciudad y el municipio necesitan para el desarrollo, y, sobre, un político-político, de los que cada vez quedan menos. Además, es un priísta de toda la vida.

El notario público ha tenido la mala suerte de toparse con la coyuntura del relevo generacional, en la cual están emergiendo los jóvenes, aunque no todos con la capacidad ni la honestidad suficientes para gobernar a un municipio, pues cada vez llegan al poder personas vinculadas más con la empresa y los negocios que con la política, mediante las constructoras que se encargan de realizar las obras.

Puede decirse inclusive que los jóvenes que en estos tiempos llevan las riendas formales o informales en los partidos políticos ven casi como un estorbo y como obsoletos a los viejos políticos que sí leían y se preparaban para desempeñar un cargo público.

El otro elemento a considerar es el de que el PRI y el Verde irán en alianza en San Cristóbal –con el primero a la cabeza--, lo que facilitará el camino hacia el palacio municipal de quien resulte ungido.

El problema, entonces, estaría en el PVEM porque allí hay por los menos dos candidatos fuertes: Hugo Pérez Moreno –quien iría a la diputación local, según se rumora—y el todavía diputado Marco Antonio Cancino, a quien tendrían que ofrecerle algún cargo importante dentro del gabinete para que no emigre a otro partido como Encuentro Social.

El ex alcalde Mariano Díaz Ochoa y la ex diputada panista Ana Elisa López Coello eran hasta ayer una incógnita todavía en este panorama, cuando quedan menos de dos meses para las elecciones. Claro, ellos irán sin problema alguno a donde los manden y por los colores que los manden.

Este es un poco el panorama hasta ahora en cuanto al PRI, pero la decisión última será tomada después del 7 de junio. Para el 9, dos días después, está programada la convención de delegados en la cual será elegido el abanderado del tricolor, y si las cosas no cambian en estas casi tres semanas, del Verde también, lo que seguramente garantizaría su triunfo porque ambos están en el poder, en el estatal y municipal.

De los abanderados de los demás partidos se hablará después porque todavía no han dado mucho color.

Picotazos

La Organización de la Sociedad Civil Las Abejas, de Acteal, ha sufrido una nueva escisión, desgraciadamente, pues un grupo minoritario ha decidido caminar aparte bajo el nombre de Consejo Pacifista Sembradores de la Paz “Las Abejas”. Muchas personas están confundidas porque no ha habido un deslinde público. Este nuevo grupo es el mismo que hace varias semanas tomó la caseta de cobro de la carretera de cuota San Cristóbal de Las Casas-Tuxtla Gutiérrez, donde recolectó 170 mil pesos. Este grupo dijo que ese dinero servirá para entregar apoyo económico y la compra de maíz para todos los sobrevivientes, para los huérfanos Zenaida Pérez Luna y Roselia Pérez Luna; para sobrevivientes y enfermos Antonio Luna Santis, Ernestina Pérez Luna y María Ruíz Luna, así como para la  atención médica permanente para los lesionados de la masacre, ocurrida el 22 de diciembre de 1997. Esta es la segunda escisión que ocurre dentro de Las Abejas, agrupación que ha mantenido una postura vertical y logrado evitar la cooptación oficial a pesar de las numerosas presiones que ha enfrentado de los distintos gobiernos, sobre todo a partir de la masacre. Sin embargo, algunos de sus integrantes no han resistido y han decidido buscar otros caminos. Es cierto, es muy difícil evitar la división en las organizaciones que luchan contra el sistema, pero en este caso, mientras un grupo siga resistiendo y mantenga viva la lucha hay esperanzas. Fin