Nuevamente se ha agravado el conflicto que desde hace 40 años mantienen por sus límites los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó, ya que el pasado viernes fue asesinado de un balazo un comunero del primero. 

Como es natural, este hecho de sangre ha generado una situación de tensión en el área, pues los habitantes y las autoridades de Chalchihuitán están muy molestos.

Se supone que existe un acuerdo para que ninguno de los dos grupos trabaje las tierras en disputa mientras no haya una solución, pero desde hace tiempo los pobladores de Chalchihuitán lo han estado haciendo con el argumento de que las autoridades correspondientes no han resuelto el problema y porque la falta de tierras es cada vez mayor.

Aunque de cuando en cuando ha habido algunas agresiones y escaramuzas, no había ocurrido un homicidio desde el 7 de abril de 2008 cuando fue muerto a machetazos el indígena Antonio Jiménez Ruiz, originario de la comunidad de Majomut, Chenalhó.

Aquel hecho ocasionó que las autoridades volvieran de nuevo los ojos al conflicto que como ahora estaba un poco “dormido” y trataran de buscar una solución con diferentes propuestas, incluido un estudio realizado por expertos en diferentes disciplinas que basados en documentos ancestrales concluyeron que es Chenalhó el que tiene la razón en el diferendo al alegar que sus tierras llegan hasta el río.

Sin embargo, la solución del problema pasaba –y pasa—por el desembolso de una fuerte cantidad de dinero, además del convencimiento de las partes para que acepten un acuerdo que ponga fin al conflicto.

Mientras lo anterior no ocurra seguirá el riesgo de nuevos hechos de  sangre que en un momento dado podrían ocasionar más muertos y heridos de ambos lados.

Se entiende que los comuneros de Chenalhó, que reclaman la propiedad del área en disputa, estaban “cazando” a sus vecinos de Chalchihuitán, quienes desde hace mucho tiempo habían denunciado la presencia de hombres armados, pero al parecer nada o muy poco hicieron las autoridades correspondientes.

El problema es que ahora que ya hoy otra muerte será necesario comenzar a correr para tratar de medio calmar las cosas para evitar que se desborde la violencia, sobre todo en momentos en que están por realizarse las elecciones municipales y legislativas, pues se necesita que la situación esté más o menos en paz para evitar conflictos adicionales a los electorales.

Ahora que la situación se ha tensado nuevamente, las autoridades tendrán que retomar el tema y tratar de buscarle una solución definitiva al diferendo para evitar más derramamiento de sangre. Claro que no es fácil porque ninguno de los dos municipios está dispuesto a ceder sus tierras, pero de alguna forma tendrá que resolverse el conflicto.

Quién sabe cuál vaya a ser la reacción de los comuneros de Chalchihuitán, pero podría suponerse que difícilmente se quedarán con los brazos cruzados después del asesinato de Salvador Luna Pérez, quien apenas tenía 16 años de edad, ya que el hecho ha causado mucha indignación.

El mismo viernes en que ocurrió el homicidio la situación pudo terminar en una situación peor, pues en su enojo los indígenas desarmaron a decenas de policías estatales en la comunidad de Pom. Afortunadamente los uniformados no opusieron resistencia e hicieron lo que tenían que hacer: entregar el armamento de manera voluntaria.

Otra pregunta que surge de inmediato es: ¿Será detenido el homicida? La situación es muy compleja y los funcionarios encargados del caso tendrán que aplicarse para apaciguar los ánimos y evitar que las cosas empeoren.

Picotazos

Qué mal se vieron algunos candidatos oportunistas que tratando de aprovechar la desgracia ocasionada por el tornado el pasado viernes en San Cristóbal, acudieron a hacer campaña disfrazada de entrega de migajas sólo para tomarse la fotografía. Algunos llegaron antes y otros demorados. También hubo algunos que fueron más prudentes y decidieron no asistir. Es entendible que en una situación de esas la gente reciba lo que le den, pero quienes aspiran a políticos deberían de tener un poco de sensibilidad… Qué lejos estamos de aquellos tiempos en que los coletos –y seguramente en otros municipios ocurría lo mismo— acudieron con antorchas a pedirle, cada uno en su momento, a Leopoldo Velasco y a Jesús Ruiz G. Blanco que fueran candidatos a la presidencia municipal porque eran personas honorables que se dedicaban a trabajar, no como ahora que, con sus honrosas excepciones, muchos llegan sólo para apropiarse de los recursos públicos que deberían de servir para la construcción de obras de beneficio social, para brindar seguridad a la población y para el otorgamiento de servicios diferentes como el agua potable… Por cierto, en algunos municipios se están dando unas aberraciones terribles porque hermanos, esposos, cuñados o primos de los alcaldes son candidatos al mismo cargo o están incluidos en alguna planilla como aspirantes a síndico o regidor y no siempre por el mismo partido sino por otros colores. Ese es el grado de descomposición política que prevalece en el país… Quién sabe quiénes fueron más imprudentes si el comandante Victórico Garcés Melo y a otro policía que se metieron en la “boca del lobo” el sábado pasado o los maestros que los retuvieron durante más de tres horas, los ataron de las manos y les quemaron el vehículo en el que habían llegado a las instalaciones del Centro del centro de Bachillerato Industrial y de Servicios (CEBTyS) número 92, ubicadas en San Cristóbal. El caso es que se dio una agresión que podría traer consecuencias jurídicas porque los afectados interpusieron la demanda penal correspondiente... Miguel Ortiz Vázquez es el nuevo cónsul de El Salvador en Arriaga desde el pasado 15 de mayo. Sustituye a José Antonio Domínguez, quien ocupará el mismo cargo en el Distrito Federal. Bienvenido. Fin