¿Cuántos faltan?

Nunca en la historia de México ha habido tantos exgobernadores en la cárcel como ahora por el mal manejo (eufemismo de robar) de los recursos públicos destinados a obras y servicios de los habitantes de sus estados.

El más reciente –no el último- en ser detenido es el ex gobernador priísta de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, quien está acusado de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Ello significa que como nunca la apropiación ilegal del dinero público –y/o su liga con grupos delincuenciales- es cada vez más descarada y en cantidades mayores, difíciles de esconder. O simplemente porque ya ni las formas guardan, como lo hacían los gobernantes en el pasado, lo que tampoco se justifica desde ningún punto de vista.

Ahí está la clave de por qué no hay dinero para obras y servicios en el país. No es que ahora haya menos recursos que antes, el problema es que los gobernantes se lo roban a manos llenas. No hay empleos ni dinero; muchos de los hospitales no cuentan con equipo, insumos ni medicamentos suficientes, por ejemplo.

El descontrol tiene que ver en parte con la falta de un poder central que obligue a los gobernadores de todos los estados a ejercer los recursos de manera transparente y honesta. Pero si el que está en turno en la silla presidencial no predica con el ejemplo, difícilmente podrá hacerlo.

También tiene que ver con la descomposición que en todos los ámbitos se vive no sólo en el país, con la pérdida de valores morales y de ética profesional, así como la ambición desmedida no sólo de los políticos y empresarios –muchas veces envueltos en una misma persona- por acumular dinero y más dinero.

Además, porque en su afán por ganar, cuando son candidatos gastan millones y millones de pesos que luego tienen que recuperar del erario público. Ahora, hay que decirlo, esos espacios, empezando por la candidatura, prácticamente son comprados y quien termina pagándolos es el pueblo que no recibe obras ni servicios como debería.

Y lo más triste es que la misma población ya hasta se ha ido acostumbrando al desfalco sin medida del dinero público, sin que haga algo por remediar la situación. Simplemente se queja de la falta de recursos que son producto de sus impuestos y que debería de recibir en obras y servicios, pero hasta ahí. Como si ello fuera normal.

El mayor problema es que no es sólo el titular del poder ejecutivo el que se roba el dinero sino sus familiares y todos colaboradores, que luego aparecen con grandes ranchos y caballos pura sangre de un millón de pesos o más, lo que está de moda, y otros bienes.

El asunto aquí es que no debería ser suficiente con la detención de los exgobernadores que ahora se comportan como unos verdaderos virreyes sino que tendrían que ser obligados a devolver todo lo que han sustraído y reintegrarlo al erario público. Pero no sólo eso, sino vigilar que el responsable de ejercerlo en favor de los habitantes tampoco se lo robe.

Hasta ahora van siete exmandatarios presos, seis de ellos del Partido Revolucionario Institucional (PRI): Borge Angulo, de Quintana Roo; Javier Duarte, de Veracruz; Tomás Yarrington, de Tamaulipas; Mario Villanueva, de Quintana Roo; Andrés Granier, de Tabasco y Jesús José Reyna, de Michoacán; además de Guillermo Padrés, de Sonora, de Acción Nacional (PAN).

Además, están huyendo porque tienen orden de aprehensión, los priístas César Duarte, de Chihuahua, y Eugenio Hernández, de Tamaulipas. Por cierto, ¿cómo le hacen estos exgobernadores para salir del país sin que la policía los detenga? Tiene que ser con la complicidad de las mismas autoridades que los detienen, con ayuda la policía internacional, cuando les conviene.

Los dos más recientes, Duarte de Ochoa y Borge Angulo fueron detenidos en Guatemala y Panamá, respectivamente; es decir en países de Centroamérica, mientras que Yarrington en Italia.

La lista de exmandatarios presos o con orden de aprehensión podría ser mayor, pero algunos son protegidos por grupos de poder o por gobernantes con mucho peso político. Y a ello es necesario agregar a algunos de los actuales gobernadores que igual que los que ahora están siendo procesados, no manejan con alguna pulcritud el dinero del pueblo. A ver cuántos más irán a la cárcel en años venideros, una vez que dejen el cargo. Por eso, y por otras cosas, claro, es que cuando se acaba el sexenio, todos los jefes del ejecutivo buscan que su sucesor sea un incondicional que les cuide las espaldas.

De verdad es triste lo que está pasando en el país, y el reflejo más claro es que siete exgobernadores están presos o dos están huyendo de la justicia.

Picotazos

Las autoridades deben de redoblar sus esfuerzos para evitar hechos de sangre en el municipio de Tila, donde dos grupos están enfrentados y amenazan con agredirse mutuamente. La situación está muy tensa desde hace tres días en que uno de los bandos colocó tres bloqueos, a lo que el grupo contrario ha respondido con amenazas de desalojo. Si las autoridades estatales no toman cartas en el asunto, las cosas podrían salirse de control provocando derramamiento de sangre, lo que desde luego a nadie conviene y nadie quiere. Al parecer, ayer mismo fueron enviados policías estatales a la zona. Ojalá que ello contribuya a distender la situación, no al contrario… Desde hace algunas semanas se ha notado que funcionarios de distintos niveles y políticos que ostentan algún cargo de elección popular han incrementado las publicaciones en diversos medios de comunicación tratando de hacerse propaganda con miras a la definición de candidaturas para las próximas elecciones. Seguramente en los días, semanas y meses por venir habrá una mayor saturación de espacios tratando de ganar un lugar en las boletas… Vaya desde este espacio una sincera felicitación a mi amiga Brenda por su cumpleaños que festejará mañana 10 de junio. Brenda es amiga del alma de Claudia, qué digo amiga, su hermana, y por ello es doble la felicitación, a la que se unen también sus grandes amigos Ana, Pau y Omar. ¡Muchas felicidades, Brenda! Fin.