¿Agoniza Correos?

Da tristeza ver cómo algunas de las instituciones más importantes de este país han sido paulatinamente desmanteladas por la apatía o por los intereses de los diferentes gobiernos.

Un ejemplo es Correos de México, que mucho tiempo se llamó Servicio Postal Mexicano, pues cada día se queda sin trabajadores a pesar de que la demanda sigue siendo mucha, cuando no pocos vaticinaban su desaparición por los acelerados avances tecnológicos.

Para hablar del tema vamos a tomar como ejemplo la oficina que Correos de México tiene en San Cristóbal, que por muchos años fue un verdadero ejemplo de trabajo y eficiencia.

Cuando el eficiente y creativo Adolfo Salazar Armenta estuvo como responsable de esa oficina, hace ya varios años, daba gusto ver en entusiasmo en la oficina. Sabiendo que San Cristóbal es una ciudad turística, por iniciativa suya había labores los sábados y domingos, lo que beneficiaba a muchas personas que también los fines de semana podían acudir a sus oficinas para solicitar el servicio de envío de postales, correspondencia, paquetes y demás cosas.

La oficina estaba en esa época en la calle Cuauhtémoc, esquina con Crescencio Rosas, en pleno centro de la ciudad y todo el día entraban y salían personas, generalmente bien atendidas por los diligentes empleados, la mayoría de los cuales ya se jubiló y ahora mira con tristeza cómo Correos agoniza.

La crisis provocada en esta dependencia es tanta que ahora sólo cuenta con cuatro trabajadores para repartir la correspondencia y la paquetería que a diario llega a sus oficinas, ubicadas sobre la avenida Ignacio Allende, en el centro de la ciudad coleta.

Eso no es lo peor. Lo más grave es que no cuentan con medio de transporte para el reparto, por lo que tienen que hacerlo a pie rápidamente o incluso corriendo. Así que si usted que lee estas líneas ve un poco flacos a algunos de ellos es por el ejercicio forzado que tienen que hacer para entregar los envíos lo antes posible.

Como es natural, muchos clientes se enojan porque sus pedidos no llegan a tiempo, pero desconocen las condiciones en que laboran los repartidores.

Por si fuera poco, el trabajo les ha aumentado mucho por el envío cada vez mayor de mercancía china, cuya demanda aumenta. Los pedidos son de todo tipo, inclusive de los llamados consoladores para no sentirse tan solo o sola.

Desde hace algunos años no son repuestas las plazas de los trabajadores que se jubilan o salen por alguna otra razón, por lo que el personal es cada vez menor.

Como es evidente a muchas personas les invade la nostalgia al ver cómo la oficina de Correos, que durante tantos años ha  desempeñado una función primordial de comunicación, poco a poco muere sin que  autoridad alguna haga algo.

Por cierto, el edificio de las oficinas centrales en la Ciudad de México es bellísimo y emblemático, y al parecer es algo del poco patrimonio que le queda a esa dependencia que cada día más está amenazada con desaparecer y tal vez volverse privada. A la mejor ese es el objetivo final de irla desmantelando.

Picotazos

Qué relajo se le armó al alcalde de San Cristóbal, Marco Antonio Cancino González con el tema de la llamada feria del tamal que hace unos días fue instalada en la calle, entre la Catedral y el parque central. El asunto tiene que ver con que si pagan o no por instalarse en la vía pública, y si lo hacen en la Tesorería Municipal, en Servicios Públicos Municipales o en otra instancia. Muchas personas piensan, por ejemplo, que lo que se cobra a las artesanas que se colocan en el centro histórico en temporada de vacaciones no ingresa a la Tesorería sino que se queda en la bolsa de alguno de los funcionarios. El caso es que el presidente municipal está enredado en este asunto de las tamaleras, no sólo por los cobros sino que apareció el asunto de una carpa que les rentaron por varios miles de pesos, sin que se sepa de quién es y por lo tanto a dónde van a parar esos recursos económicos. Los que pagaron el pato durante los días en que estuvo cerrada la calle al tránsito vehicular fueron los agentes de Vialidad que recibieron las mentadas de muchos conductores por las largas filas que se formaban en el centro de la ciudad. A ver cuántos días pasan sin que ese espacio vuelva a ser cerrado por las autoridades municipales… Donde la situación está cada vez peor es en Chilón, ya que la descomposición se incrementó considerablemente a partir de que el ahora diputado federal, Leonardo Guirao gobernó el municipio hace algunos años. Los hechos de violencia son cada vez más frecuentes y graves, sin que las autoridades federales y estatales hagan algo efectivo para frenarlos. La zozobra y la incertidumbre se apoderan día a día de los pobladores porque hombres armados actúan en total impunidad, pues en ocasiones que han sido detenidos por miembros del Ejército Mexicano o de las policías estatal y federal, han sido libertados por el compadrazgo entre Guirao y altos funcionarios chiapanecos. Cuentan algunos pobladores que de un tiempo para acá, los comercios cierran sus puertas a las 6 de la tarde y todo queda muerto. Ante la ola de inseguridad, algunos habitantes han salido del municipio y se han ido a vivir a otros lugares. Si las autoridades no hacen algo efectivo en los meses próximos, Chilón será sin duda uno de los focos rojos en las elecciones del próximo año porque muchas personas tienen armas y se pasean como si nada a cualquier hora del día. Puede ser que algunos hechos sean reales, pero es probable que otros sean montados para generar miedo y temor entre la población, con la finalidad de mantener control. Fin.