¿Albores, Melgar, Josean?

Cada vez se acerca más la definición para saber quiénes serán los candidatos al gobierno de Chiapas en las elecciones de 2018.

Los aspirantes están acelerando el paso, luego de un mes de receso obligado por el terremoto del 7 de septiembre pasado, que dejó 16 muertos y una importante destrucción material en diferentes municipios de la entidad, además del ánimo por los suelos.

Algunos aspirantes ni siquiera saben por qué partido podrían competir, pero se están preparando para colarse en las boletas de los comicios del primero de julio del año próximo.

Uno de los que parecen seguros es el todavía senador Roberto Albores Gleason por la casi segura alianza entre el PRI y el PVEM, aunque mientras no se haya registrado ante el Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana, nada está dicho.

Dicen los allegados del junior Albores Gleason que difícilmente lo bajarán, pero se sabe que el también senador del PVEM Luis Armando Melgar no se ha rendido y desde el centro del país, con todo el respaldo de Tv Azteca, sigue en la pelea.

Inclusive se ha notado que en las semanas recientes ha disminuido su publicidad en medios de comunicación en el estado, debido a que está de lleno trabajando para lograr la candidatura, buscando que la alianza sea PVEM-PRI y no al revés como hasta ahora parece caminar, porque de ser así quedaría fuera.

Alguien podría decir que el también junior Melgar está descartado para la candidatura, pero no se puede ignorar el peso enorme que tiene la segunda televisora más importante de este país para hacer que aparezca en las boletas electorales. Algunos no descartan incluso que pudiera ir por Morena.

También es cierto que Albores Gleason cuenta con el respaldo del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y aparentemente de Los Pinos, por lo que la pelea va a estar fuerte. La pregunta es: ¿Y si hubiera un tercero? Habrá que esperar.

El panorama anterior ha provocado que otros aspirantes como el todavía priísta José Antonio Aguilar Bodegas, estén desde ahora buscando otras posibles opciones en caso de que en el tricolor no haya espacio porque al parecer la candidatura está casi definida.

Aguilar Bodegas está buscando, por las señales hasta hora vistas, un posible acomodo en el incierto Frente Amplio Ciudadano que están construyendo el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.

Muchos dentro y fuera del PRI creen que Josean, como se le conoce, es tal vez el único candidato que más o menos podría medio enderezar este destrozado estado, sumergido en una profunda crisis económica, ocasionada por la falta de dinero y de trabajo. Es el político más experimentado y conoce todo el estado y su realidad (por eso los virulentos ataques mediáticos en su contra del exgobernador Juan Sabines Guerrero); sabe cuáles son los problemas, para algunos de los cuales tiene propuestas que en su momento tendrían que ser discutidas y analizadas su viabilidad. Además, cuenta con una importante estructura, algo casi indispensable para ganar una elección.

Otros partidos como Morena están en la indefinición todavía, aunque parece que el todavía presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Rutilio Escandón Cadenas, se mantiene hasta ahora como el más firme aspirante. Dentro de un mes más o menos se sabrá con claridad quiénes serán los candidatos. Mientras, habrá que seguir con las especulaciones y viendo cómo se va moviendo el escenario. Por lo pronto, Josean ha renunciado a la Secretaría del Campo y va de lleno en busca de la candidatura. Falta saber por qué partido.

Finalmente, en otro tema, la Sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que al mismo tiempo pertenece a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), eligió a su nueva dirigencia estatal, que quedó encabezada por el profesor Pedro Gómez Bahamaca, de larga trayectoria en esa instancia.

Es de suponerse que habrá continuidad con el comité saliente que encabezó Adelfo Alejandro Gómez, porque Pedro pertenece a ese equipo que durante cuatro años estuvo al frente de la Sección 7. Ese período fue de mucha combatividad porque los maestros chiapanecos, como los del resto del país, tuvieron que movilizarse en serio para tratar de frenar la reforma educativa, lo que no lograron del todo.

Los tiempos que se avecinan no serán tampoco fáciles para la nueva dirigencia porque la implementación de la reforma educativa avanza y Chiapas no será la excepción, pues el próximo año vence el acuerdo de la suspensión de algunas de sus partes.

Independientemente de la forma en que fue electa la nueva dirigencia, los maestros tendrán que unirse nuevamente en Chiapas si es que en verdad quieren evitar que continúe la zarandeada que el gobierno ha puesto en los años recientes a todos los profesores con la aplicación de la reforma.

Zarandeada, a propósito, fue la que el grupo de Adelfo y Gómez Bahamaca le puso a la aguerrida corriente interna agrupada en el Nivel de Educación Indígena.

Contrario a lo que algunos pensaban, el grupo dominante –junto con sus aliados en el gobierno- avasalló a esta corriente, no sólo por la cantidad de votos con que ganó sino porque no se presentaron incidentes de importancia durante los trabajos del congreso seccional de los días 12 y 13 de octubre.

Uno hubiera pensado que habría cuando menos cachetadas, piedras y palos, pero resultó que no, que la corriente ganadora tenía todo preparado con sus propios métodos para continuar en el poder y ni siquiera fue necesario trasladar al auditorio a un grupo de jóvenes que ansiosos aguardaban en un hotel por si se necesitaban sus servicios.

Métodos inéditos como el usado en la elección de hace cuatro años con la presencia de cientos de policías federales y estatales afuera del Polyforum para resguardar la seguridad de los maestros, quedaron atrás.

Podría decirse que la buena noticia hasta ahora es que las elecciones transcurrieron de manera pacífica aunque no se sabe qué sucederá en las semanas y meses próximos, pues existe inconformidad en la corriente perdedora.

Los tiempos que vienen podrían ser nuevamente de agitación magisterial porque un grupo interno importante no quedó satisfecho con la forma en que fue elegida la nueva dirigencia y no se descarta que haya movilizaciones, pues hay denuncias de presuntas anomalías en el proceso con la compra de delegados, aunque nadie presentó pruebas de tales dichos.

En fin, si de los dimes y diretes y de las descalificaciones verbales el grupo aglutinado en el NEI pasa a las movilizaciones se ahondarán las diferencias y las disputas internas en el magisterio federalizado, lo que significa que, como hace algunos años, podrían regresar las movilizaciones. Y claro, con la división ganará el gobierno que tendrá el campo más libre para imponer la reforma educativa. Fin.