Domingo ordinario

Fue una semana de controversias entre los cambios al gabinete inesperados –los que la sociedad demandaba ni siquiera fueron tomados en cuenta-, con un revoltijo de funciones que convierte a los “hombres del presidente” –y las mujeres también-, en un grupo de sabios capaces de atender cualquier función que se les encargue dentro de la más alta jerarquía ministerial. Lo mismo se puede ser secretaria de Turismo por un tiempo que Canciller o pasar de la Secretaría de Relaciones Exteriores a la de Desarrollo Social en un enredo monumental de capacidades.

José Antonio Meade Kuribreña, por ejemplo, ha tenido mudanzas al por mayor en los últimos cuatro años, concretamente desde enero de 2011 cuando fue designado por Felipe Calderón como secretario de Energía; luego, en septiembre del mismo año pasó a la secretaría de Hacienda con escasa relevancia; y ya en el gabinete actual fungió como Canciller desde diciembre de 2012 para aterrizar, al fin, en la secretaría de Desarrollo Social el jueves 27 de agosto. Todo un experto en temas de diversos calibres y condiciones.

Pese a lo anterior, sin duda, el cargo que mejor le sentaba fue el reciente, el de titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, aun cuando, por instrucciones presidenciales, acotaba sus protestas ante las reiteradas muestras de xenofobia –contra los mexicanos- desde los Estados Unidos con las abyectas declaraciones del “pato” Donald Trump a la cabeza. Pese a ello, logró cien veces minimizar los traspiés de su jefe institucional si bien en los últimos meses la tarea le resultó imposible ante los desaires entre la pareja presidencial y las giras-huida de la misma a China, Australia y Europa, esto es cuando el horno no estaba para los bollos de la Torre Eiffel.

Aun considerando lo anterior, el relevo es patético. La hija de Francisco Ruiz Massieu, asesinado en septiembre de 1994, el año de los magnicidios, Claudita, pasó de ocuparse o no ocuparse del Turismo –ninguna decisión importante se le conoce en este tramo de su apacible existencia política-, a la Cancillería en donde los conflictos y las intemperancias por desconocimiento de causa pueden llevarnos al precipicio. ¿De dónde salió esta chica tan hábil para cualquier cargo desde el ejercicio anodino de dos periodos como diputada federal?

Y lo peor fue la herencia: de manos de la sobrina de carlos salinas le llegó la titularidad de Turismo al hijo de miguel de la madrid, Enrique, cuya actuación en el Bancomext no fue del todo favorable considerando la tremenda caída de nuestras exportaciones y la cada vez mayor dependencia de los productos del exterior. Hace unos días, como muestra, me asomé a una de las dos franquicias de Red Lobster que funcionan en México y pregunté si todas las langostas ofrecidas allí vivas –las matan en ollas hirvientes en una tortura que ningún aficionado a los toros concebiría para éstos-, eran de Maine o si algunas eran nacionales, como las de Río Lagartos, en Yucatán, de exquisito sabor. Y me respondieron muy seguros de la supuesta superioridad de sus productos:

--Todo lo que se vende aquí es importado. No hacemos casos de los productos locales ni para los saleros.

Las franquicias derrotan al mercado nacional sin la menor intervención de un gobierno putrefacto, entreguista y, por desgracia, guiado por los criminales. De este escenario salió Enriquito de la Madrid quien, no hace mucho, hizo una fortuna al acaparar embarcaciones camaroneras en Campeche a costa de la economía de los verdaderos pescadores. Pero, ¿a éstos quiénes los defienden?

Dos días antes de la apertura de sesiones del Congreso de la Unión, cuando la Constitución obliga al titular del Ejecutivo a presentar su informe anual de labores, un maestro sonorense, acaso nervioso al saludar al señor Peña por aquello de los atávicos prejuicios –él no es otra cosa que el mandatario, quien obedece-, le espetó a la cara a éste:

--“Usted es un hombre de palabra –lo que mucho agradeció el presidente-, pero no de hechos” –lo que le dejó con el rostro enjuto. No sé si los nervios traicionaron al mentor pero lo expresado allí quedo como maléfica sentencia contra una administración que tiene muy poco que ofrecer. Hace un año, en estas mismas fechas, dábamos cuenta de las “macro-obras” anunciadas a realizarse de inmediato, entre ellas las de las vías rápidas de ferrocarril entre la capital y Toluca y Querétaro. La cosecha de la primera es sólo la tala de árboles en el histórico Monte de las Cruces y hasta Lerma; y respecto a lo segundo, las hermanas Ana Cecilia y Verónica Peña Nieto, comisionistas principales, se quedaron con las manos vacías y los reclamos de los chinos una de cuyas compañías había ganado el concurso antes de descubrirse la trama familiar. Y el presidente peña debió cortar por lo sano para intentar atajar el escándalo... y viajó a China para ser recibido con caras largas y reclamos.

Por vez primera en nuestra historia un presidente sale del país, huyendo de los señalamientos sobre las matanzas de Tlatlaya y sobre todo la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa, para retornar con las manos vacías o, más bien, bastante peor: con el compromiso de indemnizar a los chinos por el fraude del ferrocarril. Y ningún otro concurso se ha realizado.

Respecto al aeropuerto de la ciudad de México, “que le seguirá al de Beijing” según dijeron, los trabajos ni siquiera se han iniciado. Ni siquiera los topógrafos se han parado por allí a pesar de que hace doce meses el conocido arquitecto Norman Foster y el yerno de Carlos Slim, Fernando Romero, cantaron victoria y se presentaron como los autores de un proyecto suntuoso, “del primer mundo”, listo a comenzar a ser operado en 2018 en su primera fase –una pista para el ejército, por cierto, de las seis previstas-, y que ha quedado en palabras hasta ahora. Palabras y no hechos como trastabilló el sonorense que debe estar muy asustado de su desliz, a menos de que no lo fuera porque en el norte estos hechos no suelen ser casuales.

Con estos antecedentes, ¿quién puede creer en lo ofrecido por el señor peña en su tercer informe? Es una proeza hilvanar tantas palabras para no decir nada salvo presumir de sueños en apariencia inalcanzables o llevados por las ambiciones de los empresarios cómplices de un gobierno sin destino posible. ¡Y todavía hay quienes preguntan la razón de la convocatoria al PARO NACIONAL del 14 de octubre!

No queda otro remedio para salvar las voces de la ciudadanía unidas en una sola; no lo hay para evitar que la crispación general, en los treinta y un estados de la República amén del Distrito Federal, desemboque en un escenario dantesco que no queremos ni siquiera concebir. Es acaso, y lo repito a diario, la última oportunidad para recuperar la soberanía popular sin derramamiento de sangre ni caudillos golpistas... como algunos mandos militares que ya se apuntan a una solución extrema, precisamente con ellos a la cabeza, retornando a los gobiernos castrenses finiquitados desde 1946 cuando el general Manuel Ávila Camacho dio paso a los mandatarios civiles... sin que ninguno se salve históricamente. Y es éste, precisamente, el meollo del reclamo de los uniformados: los mandatarios civiles han robado tanto que nos han dejado casi sin país; pero nada sería peor que la imposición de una dictadura militar aunque se simulara otra cosa. Cuidado con estas ideas.

¿Nos merecemos un país así? El reciente informe presidencial dejó las cosas muy claras: nada ha pasado ni pasará con peña nieto en la Presidencia.

Polémica

¿Quiénes son los titiriteros que mueven a las marionetas del gabinete a su entender? Es obvio que el retiro de algunos personajes sitúa con gran claridad la puja entre los ex presidentes Carlos Salinas y Ernesto Zedillo. Por ejemplo, Enrique Martínez y Martínez, quien fue secretario de la SAGARPA, siempre fue un fiel escudero de Zedillo, el gran simulador, y muy cercano a Liébano Sáenz, el coordinador de este grupo deleznable y quien, además, fue acusado por la DEA estadounidense de sostener vínculos non santos cuando recorría el país, como coordinador de prensa que nadie conocía, al lado de Luis Donald Colosio, advertido por los injerentistas.

Alguna vez, todavía en funciones de gobernador de Coahuila, Enrique Martínez, luego de beberse dos buenas botellas de vino tinto, me preguntó a quemarropa:

--Bueno, si soy cercano a Zedillo; pero dime, ¿entre Salinas y Zedillo con cuál te quedarías si fueras político?

--La ventaja es que no soy político sino periodista y sólo recojo las opiniones de los actores de la vida pública.

El mismo personaje, ya situado en el gabinete de Peña a principios de 2013, me expresó su peculiar admiración por ¡Porfirio Díaz Mori!, haciéndome notar que su presidente era muy joven y requería más de seis años para dejar su huella. Ahora es él quien no tiene suelas ni caminos por andar, convertido en cadáver político con todo y sus camisas almidonadas.

Y con tales criterios se marchó, igualmente, Monte Alejandro Rubido, quien fracasó en toda la línea en la Comisión Nacional de Seguridad. El señor peña, debe recalcarse, intervino para reducir la presencia de la otrora Secretaría de Seguridad Pública para convertirla en una mera Comisión dependiente de la Secretaría de Gobernación. Una verdadera vergüenza. Retroceso y no avance; comisionados y cero Gendarmería Nacional, otro anuncio falso del fallido gobierno del señor peña. ¿Quién puede creerle a estas alturas cuando repite lo mismo que ya nos dijo y no ofrece soluciones alternativas?

Por las Alcobas