Han pasado casi cuatro meses desde el sismo del 19 de septiembre de 2017, pero sus efectos en el patrimonio aún son difíciles de erradicar. Recientemente expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trasladaron una escultura religiosa de Santiago Apóstol, una obra que desde hace 300 años convive con los colonos de Izúcar de Matamoros en Puebla.
“Santiaguito”, como es conocida la imagen en la comunidad, sufrió graves daños por el sismo del 19 de septiembre, cuando le cayó encima la cúpula de la Parroquia con advocación a Santiago Apóstol. Ante el desastre, la comunidad solicitó al INAH el rescate de la escultura, que quedó sepultada bajo los escombros.
La pieza es una de las mil 821 que resultaron dañadas a causa del movimiento telúrico. El 27 de septiembre, un equipo de brigadistas de la CNCPC acudió a la Parroquia de Santiago Apóstol, para rescatar y resguardar los fragmentos de la talla manufacturada en pasta de caña, con la ayuda de los vecinos del templo.
En las primeras evaluaciones se mencionó que la pieza había perdido hasta el 60 por ciento de sus componentes originales por lo que los expertos realizarán análisis a fin de determinar el tipo de material con el que fue diseñada e intentar reconstruirla.
Hasta el momento se desconoce el monto y el tiempo que llevará hacerlo debido a que la mitad quedó deshecha.
La escultura tallada policromada, compuesta por un jinete y su cabalgadura, está fragmentada, con pérdida de material y policromía de forma general.
En específico, la representación del santo muestra fisuras, deformaciones, escamaciones y compresión del volumen, además de pérdida de la base de preparación. En cuanto al caballo, está totalmente fragmentado.