Hacer una película de desastre en México requiere de 15 años de preparación, 20 mil metros cuadrados para destruir edificios y revisar casi 2 mil horas de archivos audiovisuales que ayuden a la hechura final.

Eso fue lo que encabezó Kuno Becker y su idea de filmar El día de la unión, cinta basada en el terremoto del 19 de septiembre de 1985 y sus horas posteriores, la cual ya se exhibe en cines. “Fue hablar con gente que lo vivió, como algunos de nuestro crew, que estuvieron ese año atrapados entre los escombros”, resalta Kuno.

A la aventura se sumaron los productores Anna Roth y Juan Aura, reclutando a Ricardo Arvizu, en los efectos especiales y a Rafael Mandujano en el diseño de producción.

Con sets impulsados con poleas, se recreó el movimiento del sismo dentro de un edificio, cuyas paredes se rompen y los pasillos se levantan; digitalmente se ve el derrumbe del Hotel Regis, en lo que hoy es la Plaza de la Solidaridad, y se aprovecharon escenas y audio de ese día de Jacobo Zabludowsky, para ver al periodista en pantalla grande.

La trama sigue a un reportero (Becker), quien pierde a su hijo (Ramiro Cid) en un estacionamiento tras el temblor, siendo ayudado por un ingeniero civil (Armando Hernández), quien por azares de la vida, termina como taxista y de pronto se convierte en rescatista.

“Se ve a la sociedad civil ayudando, nunca puse a un policía hacerlo porque realmente así fue”, subraya Kuno, también escritor de la historia.