La FILIJ se consolida como un espacio para formar lectores
La feria del libro busca seguir consolidándose como un espacio para promoción de lectura. Cortesía

La directora de la Feria del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), Marina Núñez Bespalova, mencionó en entrevista con La Jornada que desde su creación: “Ha buscado ser no solo un espacio de exhibición y venta de libros, sino un sitio de encuentro entre quienes los escriben, los editan, los promueven, los difunden y sus posibles lectores. En este encuentro se vuelve tangible el círculo virtuoso de la lectura. No puede concebirse el desarrollo de la industria editorial del libro infantil y juvenil sin la FILIJ, como tampoco puede pensarse en la gran oferta de promotores culturales, talleristas, animadores, ilustradores o mediadores de lectura para niños que tiene el país sin esta feria”.

Recordó que: “En la primera emisión de la FILIJ pocas eran las editoriales mexicanas que se dedicaban a este público en específico y lo que teníamos era una gran exhibición de libros de otros países, sobre todo los del bloque soviético. Después de 38 años, 98 por ciento de los libros exhibidos son producidos por editoriales mexicanas, escritos por autores mexicanos o ilustrados por artistas nacionales; es decir, tenemos una industria muy variada, en crecimiento constante y muy activa en iniciativas dedicadas a la creación de lectores”.

Por todo ello, en 2016 decidimos dejar de contener las constantes demandas de espacio de los editores que por más de ocho años esperaron un sitio en el Cenart (Centro Nacional de las Artes) y buscamos otro lugar para asentar la feria que, además, debía subrayar su principal objetivo: la creación de públicos lectores. El Parque Bicentenario, la antigua Refinería del norte de la Ciudad de México, nos pareció el espacio ideal: cinco hectáreas a nuestra disposición, cercanía a zonas con poca oferta cultural y prácticamente sin espacios de acceso al libro y un entorno que reforzaba nuestra idea de conciliación con el medio ambiente”, cuenta Núñez Bespalova.

“Aquí es donde el equipo FILIJ comenzó a soñar otra feria y los editores a concebir otras maneras de promover sus libros. Este nuevo espacio ha permitido que incrementemos en 137 por ciento la exhibición de sellos editoriales y en 83% el número de actividades culturales y de promoción a la lectura. 2018, intuyo, será un año en el que volveremos a presentar cifras de crecimiento en la afluencia, pero lo más importante es que veremos, después de tres años, que esta feria ya forma parte de la comunidad que la ha acogido y eso ya permite iniciar, a muy corto plazo, una labor profunda de fomento lector”, explicó.