La forma del agua

Es una película de fantasía estadounidense de 2017, dirigida por Guillermo del Toro y escrita por él y Vanessa Taylor, protagonizada por Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Doug Jones, Michael Stuhlbarg y Octavia Spencer.

Ambientada en Baltimore en 1962, la trama sigue a una joven limpiadora que trabaja en un laboratorio gubernamental de alta seguridad que forma un vínculo amoroso con una criatura humanoide-anfibia capturada.

La película se proyectó en la sección principal de la competencia del 74º Festival Internacional de Cine de Venecia, donde se estrenó el 31 de agosto de 2017, y recibió el León de Oro a la mejor película en la competición, también se proyectó en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2017.

Muchos críticos declararon que La forma del agua era la mejor película de Del Toro desde El laberinto del fauno, alabando en particular la actuación de Hawkins. El American Film Institute la seleccionó como una de las diez mejores películas del año.

La cinta ganó los premios a mejor director y mejor banda sonora original en los 75º Golden Globe Awards, mientras que también recibió nominaciones a mejor película de drama, mejor actriz de drama (Hawkins), mejor actriz de reparto (Spencer), mejor actor de reparto (Jenkins), y mejor guión en la 71ª edición de los British Academy Film Awards.

En total, la película recibió 13 nominaciones en la edición número 90 de los Premios Óscar, de las cuales ganó cuatro estatuillas: mejor película, mejor director, mejor banda sonora y mejor diseño de producción. Es el segundo largometraje del género fantástico en ganar el Óscar como mejor película desde El Señor de los Anillos: el retorno del Rey en 2003.

En La forma del agua conocemos a Elisa (Sally Hawkins), una mujer muda que pasa cada uno de sus días cumpliendo con una misma rutina que sólo deja atrás en los momentos que comparte con su vecino, Giles (Richard Jenkins).

Además, ella trabaja haciendo la limpieza en una instalación gubernamental en la que comparte sus tareas con su mejor amiga, Zelda (Octavia Spencer), pero las cosas cambian a partir de que ese lugar recibe a un activo que podría poner la balanza de un solo lado en medio del conflicto entre rusos y estadounidenses, se trata de una misteriosa criatura anfibia (Doug Jones) que vivía en el Amazonas, donde se le trataba como una deidad.

Mientras los demás ven a ese monstruo con miedo o como un recurso para cumplir con ciertos objetivos, Elisa logra conectarse de una manera especial con él al descubrir que está tan solo como ella, así comienza una improbable historia de amor que podía salir sólo de una mente tan creativa y única como la de Guillermo del Toro.

Esta cinta combina de manera efectiva géneros cinematográficos como el romance y el drama con el horror clásico, es un cuento de hadas distinto que termina convirtiéndose en el filme más maduro y completo de su director.