La población prehispánica de Tuxtla Gutiérrez

El territorio que ocupa actualmente Tuxtla Gutiérrez ha tenido cambios en su forma y estructura de la época prehispánica a la fecha, por lo que dista mucho de lo que fue en un inicio la “ciudad de los conejos”.

Alrededor del 500 antes de Cristo (A.C.), el territorio tenía una población zoque muy pequeña, tal vez integrada por un grupo de aldeas tributarias de otro asentamiento mayor, y organizado en una especie de divisiones denominados calpulli (en singular), que significan “barrios” o “parcialidad”, indica en esta segunda entrega, el arqueólogo Eliseo Linares Villanueva.

“Siguiendo con la tradición de Mesoamérica, esta antigua población zoque debió tener una aldea mayor ubicada al centro del lugar, que representa el corazón del lugar (donde se levanta la gran ceiba sagrada), para luego dar paso a los cuatro rumbos del universo, los cuatro puntos cardinales, y sobre estas direcciones asentar las demás aldeas de la población”, agrega el arqueólogo.

Fundación

Desde sus orígenes, Tuxtla (Coyatocmoc), debió tener cuatro poblaciones dependientes de la aldea mayor, que correspondieron a pequeños pueblos o caseríos que dieron origen a Tuxtla Gutiérrez al final de la era prehispánica.

La fundación de Tuxtla Gutiérrez se remonta alrededor del 500 A.C. Existen registros que para la edad del comienzo de la era cristiana, Tuxtla funge como punto de comercio con los asentamientos de lo que hoy es Chiapa de Corzo, que pertenecían a la cultura zoque, pero con una población mucho mayor de la que habitaba en Tuxtla.

“Alrededor del año 900 después de Cristo (D.C), uno de los centros mayores de la etnia zoque, de Chiapa de Corzo, colapsa afectando también a las poblaciones de Tuxtla Gutiérrez. Muchas de las personas que habitaban estas dos localidades se ven en la necesidad de desplazarse hacía el occidente, lo que hoy es Malpaso, quedando una población disminuida”, narra Linares Villanueva.

Lo que debió haber sucedido con los zoques es similar a lo que acaeció con los asentamientos mayas de la actual zona selva; una mezcla de sequías y guerras internas los desplazaron y se movieron a la península yucateca y algunos otros con rumbo a los Altos de Chiapas.

Los chiapanecas

Alrededor del año 1000 D.C., arriban los chiapanecas (supuestamente venidos desde algún lugar del Sur de América). Un grupo muy guerrero que le debió haber robado territorio a los zoques que aún seguían asentados en las localidades de Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo, proclamando su actual territorio como capital.

Estos nuevos huéspedes mantuvieron a Tuxtla como sus nuevos tributarios hasta alrededor del año 1250 y 1500 D.C. Ya que entre estos años Tuxtla recibe la conquista primeramente de los toltecas y luego de los mexicas, quedando hasta la conquista española como tributarios de los mexicas.

A la llegada de los españoles, alrededor del 1520 D.C., y después que derrotan a los chiapanecas, Tuxtla ha perdido gran parte de su territorio y población; se encuentra puramente como sociedad agrícola. Los españoles no encuentran resistencia de los zoques de Tuxtla.

Tuxtla en la conquista española

Los zoques de Tuxtla, en términos generales, se mantuvieron como una sociedad estructurada bajo un cacicazgo. Nunca alcanzaron las complejidades de los estratos sociales que vivían las ciudades catalogadas como Estados, donde se ve como máxima autoridad al rey o emperador, existe nobleza y comercio, además de contar con grandes ejércitos, por mencionar algunos puntos.

“Al momento de la conquista española, quienes sí contaban con dichos elementos fueron los chiapanecas. De hecho desde la Depresión Central hasta la Costa de Chiapas, son los únicos en poner férrea resistencia a los europeos, por lo mismo de encontrarse mejor organizados y con un ejército nutrido.

”Tal vez como parte de una costumbre mesoamericana, los zoques de Tuxtla apoyan a los españoles para lograr vencer a los chiapanecas, probablemente por ser estos últimos, advenedizos, y haberles quitado territorio anteriormente a los zoques de Tuxtla”, acotó el especialista.

Tan virulenta fue la batalla entre españoles y chiapanecas que fueron exterminados en su totalidad las edificaciones de estas etnias, la lengua chiapaneca fue extinta, aunque no los vestigios zoques, de los cuales actualmente hay muchos.