Las locuras de Pablo

No cabe duda que aquella frase popular en cuanto a la definición del poder, de que a los inteligentes los atonta y a los tontos los vuelve locos, se vuelve actual en su segunda parte, en el siniestro personaje Pablo Abner Salazar Mendiguchía, gobernador de Chiapas en el período de “La Alternancia”, de 2000 a 2006, bajo la protección de Vicente Fox Quesada.

A 11 años de distancia del fin de la pesadilla que vivió la mayoría de los chiapanecos con este aprendiz de dictador, que en el ejercicio del poder afloró todos sus traumas transformados en venganzas, en contra de quienes nunca lo aceptaron por ser un hombre deshonesto, incongruente y traicionero, resurge en los días recientes, fiel a su estilo oportunista y después de muchos intentos fallidos para hacer saber su intención de volver a gobernar Chiapas, en el período 2018-2024.

El cinismo total y el desquiciamiento mental de quien se quedó en la etapa reprobatoria como aprendiz de político.

Desfachatez, de quien usurpara una cédula profesional ajena, para colmo de una mujer, y ejerciera fraudulentamente como “abogado”, que en un Estado de Derecho hubiese sido suficiente para cancelar su candidatura a la gubernatura en el año 2000, y ser motivo incluso de una acción penal por tan criminal acción ilícita.

Sería el pago por sus traiciones, especialmente al entonces gobernador, Javier López Moreno, que lo cobijó en la Secretaría General de Gobierno durante tres meses para catapultarlo por el Partido Revolucionario Institucional al Senado de la República, y de ahí al Gobierno Estatal, traicionando al PRI, para ser candidato de los Partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y otros pequeños.

Pablo no conocía el estado, ni sus problemas, y donde tampoco sabían de él, por lo que su triunfo sobre el priista Sami David David constituyó una simulación dirigida desde la instancia oficial de la entidad, contabilizadora del voto que nunca se ejerció a su favor, aunque oficialmente haya quedado registrada como tal, por el relleno de urnas.

El 8 de diciembre del año 2000, Salazar Mendiguchía iniciaría en Chiapas una era de terror, de persecución, de venganzas, de crímenes, amenazas cumplidas, intimidaciones, secuestros, encarcelamientos sin fundamento legal, torturas, violación a los derechos humanos y de ataques al libertad de expresión.

Todo un sexenio de impunidad y de corrupción absolutas, al enriquecerse junto con su familia, mediante la creación de empresas permanentemente beneficiadas con el presupuesto estatal.

Hoy, cuando Pablo Abner pretende volver ilusamente a ser gobernador, parece no recordar que saqueó las arcas del estado y que pasó por encima del dolor de los miles de chiapanecos, principalmente de la región Soconusco, que no olvidan que se aprovechó de la tragedia provocada por el huracán Stan, en octubre de 2005, que motivó el envío del Poder Legislativo Federal de casi 20 mil millones de pesos para la Reconstrucción, que le permitió enriquecerse ilimitadamente, junto con Vicente Fox Quesada, al pagar miles de facturas de obras no realizadas e incumplimiento general de compromisos con los damnificados.       

Pablo sigue burlándose de los chiapanecos, cuando debería estar en la cárcel purgando condenas por sus ilícitos y crímenes.