Leer nos invita a ser grandes
La portada del libro. Cortesía

“La literatura amplia los límites de nuestro mundo, nos invita a soñar, a crear, a conocer otras perspectivas de la vida y de los problemas que nos saltan en el camino. Nos invita a crecer, aumenta la capacidad de nuestra memoria y también nuestras posibilidades de generar empatía. Es decir, leer nos invita a ser más grandes; entonces ¿cómo no darles esa posibilidad a los niños y los jóvenes?”, argumenta Luis Antonio Rincón García, escritor chiapaneco.

Cómo se le puede hacer para tener buenos títulos que atrapen a los jóvenes, se le inquiere al autor, quien responde: “No sé si te pueda dar una respuesta clara o precisa, porque cada quien encuentra su libro o sus libros conforme al carácter, al momento de su vida o a sus gustos estéticos. Claro, hay títulos que tienen las condiciones para encantar a un número mayor de lectores, y a veces por ello se vuelven una recomendación generalizada, pero tal vez en la casa de quien lea esta entrevista esté un niño o una jovencita que no le encuentre sabor a esa lectura, que decida que el ‘suyo’ es ese texto olvidado y complejo o demasiado simple que nadie quiera leer”.

Luis complementa su idea con lo siguiente: “Así que mi sugerencia es un tanto vaga, pero a la vez lo más honesta posible: expónganse y expongan a los niños, a las adolescentes, a los jóvenes, a todos, a tantas formas de literatura como les sea posible, hasta encontrar la que mejor encaja con su personalidad, la que disfruten y los haga olvidarse del entorno inmediato, porque reúne las condiciones para cautivarlos”.

No hay un gran desinterés

“Si vas a las ferias del libro, te vas a encontrar con filas de niños y niñas que buscan un libro específico, que quieren conocer a la autora de su libro preferido o que desean descubrir alguna novedad de esa editorial que ya conocen. De verdad, en ocasiones hasta se vuelve complicado caminar en los pasillos de las ferias de literatura infantil y juvenil, y sales de ellas con el morral lleno de libros y también ‘engentado’”, dice el autor.

Por otro lado, comenta que “el acercamiento a la lectura puede ser mayor, y quienes más podemos promover la lectura somos los padres de familia a través del ejemplo. Porque si bien puede considerarse una tarea de los docentes el incentivar la lectura y que es un reto de los escritores e ilustradores el crear libros mágicos capaces de abducir a los lectores, no lo es menos que, por lo general, los niños siguen el ejemplo, los modos y gestos de los padres, y si papá o mamá no lee, es poco probable que lo hagan los hijos”, finaliza.