LIBROS

Es una novela correspondiente al género de drama del 2006 del autor irlandés John Boyne. Se han vendido más de cinco millones de ejemplares de la obra por todo el mundo y ha sido traducido a más de 34 idiomas incluyendo el braile. En 2007 y 2008 fue el libro más vendido del año en España. Asimismo ha alcanzado el número uno de las listas de ventas del The New York Times y ha sido también Nº 1 en el Reino Unido, Irlanda, Australia y otros países. Su éxito hizo que se rodase una adaptación cinematográfica que se estrenó en 2008. A diferencia de los otros libros que ha escrito, Boyne dijo que escribió entero el primer esbozo de El niño con el pijama de rayas en dos días y medio, sin apenas dormir hasta escribir el final.

Berlín, década de 1940. Bruno, de ocho años, vuelve a casa después de jugar con sus amigos del colegio para descubrir una actividad febril en su casa: su padre, un oficial nazi, ha sido ascendido y su madre está preparando una fiesta. Bruno no entiende qué celebran ya que el nuevo destino de su padre es fuera de Berlín. Toda la familia tendrá que trasladarse al campo, obligándole a dejar a sus amigos, su miedo a la soledad se confirma cuando la familia llega a su nuevo, aislado y siniestro hogar, le cuesta acostumbrarse a su nueva vida y se aburre, no hay niños con los que jugar y su madre le prohíbe explorar los alrededores de la casa. Su hermana mayor, Gretel, está demasiado ocupada con sus muñecas o hablando con uno de los hombres de su padre, el atractivo teniente Kotler. A Bruno le intriga la existencia de una extraña granja que ve desde la ventana de su habitación, en la que todos sus habitantes parecen llevar pijamas. Cuando intenta saber más cosas le prohíben acercarse por allí. Nosotros sabemos que la granja es un campo de exterminio, su madre también lo ignora, cree que está viviendo junto a un campo de internamiento o de trabajo, su marido ha jurado no revelar nunca su verdadero fin: una fábrica de matar diseñada para llevar a cabo el exterminio sistemático del pueblo judío.

Bruno se hace amigo de Pavel, que trabaja en la cocina, viste un pijama de rayas debajo del delantal, mientras su madre está ausente de la casa, Bruno se cae del columpio del jardín y se hace un corte en la rodilla. Y es Pavel quien le cura la herida, ya que se dedicó a la práctica de la medicina.

Tras varias semanas dando vueltas alrededor de la casa, Bruno acaba desafiando a su madre y se cuela fuera por el jardín trasero en busca de aventuras, deambula por los bosques y se topa con una alambrada, al otro lado, un chico con un pijama de rayas está descargando escombros de una carretilla, Bruno está tan contento de haber encontrado alguien de su edad con quien jugar, que empieza a visitar todos los días a Shmuel, sin decirle nada ni a sus padres ni a su hermana.

En las semanas siguientes, Bruno empieza a estar cada vez más inquieto por lo que ve y lo que escucha en casa y por lo que descubre en su vida secreta junto a la alambrada con Shmuel. Mientras su tutor le dice que los judíos son la encarnación del mal, su vínculo con Shmuel se va haciendo cada vez más fuerte. Además, su madre ha comenzado a darse cuenta de algunas cosas después de una broma de muy mal gusto del joven teniente revele la verdadera fuente del nauseabundo humo que sale de las chimeneas del campo. El ambiente cada vez más enrarecido de su casa, junto con las historias que le cuenta Shmuel hacen que Bruno se pregunte si está sucediendo algo siniestro al otro lado de la alambrada, y si su padre es realmente el buen hombre que siempre había creído.

Bruno se sorprende al ver a Shmuel limpiando la cristalería en su casa y le da un bizcocho, pero el teniente Kotler los sorprende juntos y acusa a Shmuel de robar comida. En lugar de defender a su amiguito del arrogante soldado, Bruno le dice al teniente Kotler que nunca había visto a Shmuel. Más tarde, atormentado por los remordimientos, Bruno visita la alambrada para pedir perdón a su amigo, cuando Shmuel vuelve, su cara está marcada por una terrible herida causada por el puño de Kotler, Bruno siente una profunda lástima por él, Shmuel le perdona y reanudan su amistad.

Mientras tanto, la relación entre la madre y el padre de Bruno se ha vuelto tan tirante que su padre decide enviar a su familia a casa de una tía que vive en Heidelberg. El traslado, que Bruno había deseado desde que llegaron, es un duro golpe, ya que tendrá que separarse de su nuevo amigo.

En uno de sus últimos encuentros, Bruno se entera de que el padre de Shmuel lleva tres días sin aparecer, promete ayudarlo a buscar a su padre, le parece una buena oportunidad para compensarle por haberle traicionado ante el teniente. El día del traslado a Heidelberg, Bruno se escapa para ver a Shmuel cargado con una pala y listo para embarcarse en una última aventura. Pero una vez que cruza la alambrada, se ve inmerso en una espeluznante carrera que decidirá su destino, el de su amigo y el de los inocentes que hay al otro lado de la alambrada.

Pese a su apariencia de literatura infantil, el terrible trasfondo en que discurre la historia hace que algunos especialistas hayan dudado de su conveniencia para los lectores más jóvenes. El propio Boyne aseguró que el libro es “diferente a nada que haya hecho antes”.