LIBROS

Matilda es una ávida lectora de solo cinco años, sensible e inteligente. Todos la admiran, menos sus mediocres padres. Además, tiene poderes extraños y maravillosos. Un día, Matilda decide liberarse y empieza a hacer uso de sus poderes contra la abominable y cruel señorita Tronchatoro.

Este libro tuvo una adaptación en 1996 que marcó la infancia de muchísimas personas, y es que quién no ha soñado con arreglar sus problemas a base de desearlo con todas sus fuerzas.

Matilda es una niña extremadamente inteligente nacida en el seno de una familia cuyo mayor deporte es ver televisión basura, por si su cerebro no estuviera ya lo suficientemente lavado. Su familia no la entiende ni hace el menor esfuerzo por hacerlo, la creen una inútil que no sirve más que para dar problemas.

Su padre es un estafador, y su madre cree que las mujeres son más listas si se dedican a estar guapas y cazar un buen marido. En cuanto a su hermano, es el típico niño que sigue los pasos marcados por la figura paterna. 

Nadie tiene en cuenta a Matilda, que es capaz de hacer operaciones matemáticas con más agilidad que un adulto. ¿Y eso para qué sirve cuando existen las calculadoras?

La veremos ir y venir de casa a la biblioteca, ante la asombrada mirada de la bibliotecaria, contagiándonos un poquito más de su amor por los libros. Pero su vida cambia cuando empieza a ir al colegio, ya que por fin puede aprender muchas cosas, hacer amigos y vivir aventuras.

Lo que Matilda no espera es encontrar una amiga en la dulce profesora Honey, así como tampoco espera que la directora del colegio sea una bestia sin corazón cuyos castigos son legendarios. 

Que Matilda es un libro infantil es cierto; hay infinidad de situaciones exageradas que hará las delicias de los niños más traviesos, como los castigos de la directora Tronchatoro, su manera de dirigirse a los niños y hacerles pagar por su mera existencia a base de lanzamientos de martillo, encierros y otras tantas cosas que nos dejarán con la boca abierta. 

Sin embargo, también es de esos libros que no tienen edad. Un niño lo lee y se ríe, un adulto lo lee y ve mucho más que las aventuras de una niña con poderes, especialmente en el ambiente familiar en que vive Matilda o los castigos impuestos por la directora, una mujer que odia a los niños y que piensa que todo se arregla con mano dura.

Matilda toca temas como la educación, la televisión, el machismo o la familia que un adulto apreciará mucho más que un niño. Es una de esas lecturas que hay que disfrutar al menos una vez en la vida, da igual que seas niño o adulto.

Una historia llena de momentos entrañables y otros que, a pesar de su crudeza, están bien enmascarados para que parezcan simples exageraciones y consigan sacarte una sonrisa.