LIBROS

Dan y Ellie son novios y están tan enamorados que deciden casarse. Ellie no tiene madre (murió cuando ella era pequeña) ni hermanos, así que está encantada con su familia política. La madre de Dan, Linda, la cuida, la mima la acepta como si fuera su propia hija. Pero aquí aparece el problema, el gran problema.

Linda se mete en todo. Madre e hijo hablan por teléfono varias veces al día. Dan se lo cuenta todo y Linda organiza, decide y manda. La boda pequeña e íntima que proyectaban los jóvenes termina convirtiéndose en la gran boda con la que Linda había soñado. ¡Hasta elige ella las flores! Y a Dan le parece de lo más normal. Pero cuando Linda se convierte en abuela, la situación empieza a ser intolerable. Ellie no está dispuesta a aguantarla más.

En este libro al inicio da la impresión de que va a ser otra novela contra las suegras y que se va a dedicar a rozar los tópicos; sin embargo, está llena de giros inesperados y sorpresas agradables y desagradables que hacen que no puedas separarte del libro sin leer un poquito más. Y entonces te ves a ti misma dejando de comer, acostándote tarde y terminando la novela en menos de dos días.

Eso es precisamente lo que ha ocurrido con los lectores que cada vez son más fanáticos de esta autora, y si algo hay que criticarle es que deje con ganas de saber más sobre los personajes, aunque nunca deja de sorprender.