Arráncame la vida narra el inicial amor sumiso de Catalina por el general Andres Ascencio y la progresiva desvinculación de la mujer a un tiempo de su papel de subordinación conyugal y de su aceptación del contexto político que aguara los ideales revolucionarios. Novela, pues, de aprendizaje de la vida y de la conquista de la propia identidad en un mundo machista. Es ya un clásico de la narrativa contemporánea en lengua española y ocupa por derecho propio un puesto apare entre las obras que tienen por tema el acceso de la mujer a la plena conciencia de sí misma.
Catalina tiene casi 15 años cuando se casa con Andrés, un hombre muy interesante que ya tiene más de 30 años. Ella es una chica reacia que al principio se deja socavar por los deseos de su marido, porque así debe ser. Al poco tiempo se casarse queda embarazada. Catalina escucha rumores de que Andrés tiene otras mujeres, pero no quiere creerlos, hasta que él le lleva los hijos que ha procreado con otras mujeres. Ella tiene que criar a otros niños que no son suyos, a sabiendas de que las mamás de esos niños están vivas.
A lo largo de la historia vemos cómo el amor que le tiene Catalina a su marido va cambiando. Empezamos con una Catalina ingenua que cree que Andrés es un buen hombre, y cree en todo lo que él le dice, pero al vivir en un pueblo es difícil no enterarse de todo, por lo que empieza a escuchar de las amantes de Andrés, de rumores que dicen que él manda a matar a todo aquel que le estorba en el camino, de las tierras que les roba a otros. Ella quiere distanciarse de los problemas que le cuentan y de lo que rodea a Andrés, pero ¿cómo ser indiferente a las cosas que hace su marido, cuando la afectan a ella?
El general Ascencio es un hombre cabeza dura que quiere controlar a Catalina, y ella se siente como ave enjaulada, hasta que conoce a Carlos Vives, un hombre que le vuelve a dar sentido a su vida y le infunde el valor para combatir lo que les deparé el destino.