Un clásico que nunca envejece, ha llegado a considerarse una obra clásica universal, siendo traducida a 160 lenguas y dialectos. El autor muestra cómo la sociedad y los valores impuestos por ella conducen irremediablemente a distintas formas de obsesión como son: el poder sobre los demás, la búsqueda de la admiración, el obtener dinero, la competitividad en el trabajo y el alcance de las metas profesionales. Los personajes que el principito conoce en los asteroides encarnan estos aspectos del ser humano y los asteroides son la representación del aislamiento que sufren. El principito es el personaje que se pregunta por qué las cosas son así. Anteriormente, también se encontraba solo en su planeta hasta que la rosa apareció, a partir de la relación que se establece entre ellos surgen los conflictos que hacen que el principito tome conciencia y decida salir de su propio mundo.
Luego, la relación que surge con el zorro, cuando visita la Tierra, es sumamente importante. El zorro le explica que domesticar no es crear una relación de superioridad del hombre sobre el animal, sino que consiste en crear vínculos de amistad. El principito se da cuenta de que la rosa lo domesticó a él, y que la rosa es especial entre millones de rosas precisamente por ese lazo que los une.
Comparar este detalle con la relación que muchos tenemos con nuestras mascotas. No se trata de domesticar a un perro o algún animal, sino de una relación mutua de cuidado y de exactamente crear lazos que los unan. El principito defiende la sabiduría de los niños como algo que sirve para guiarse en la vida adulta.
Es una obra que puede enmarcarse dentro de la corriente filosófica del existencialismo. Una lectura que te enseña a vivir la vida. Un libro que todo el mundo debería leer alguna vez.