LIBROS

Este libro nos presenta a Lucille, una chica de diecisiete años con una vida aparentemente normal, pero en realidad esconde mucho más de lo que una adolescente debería soportar. De la noche a la mañana Lucille se ve en la necesidad de mantener a su hermana pequeña, Wren, y buscar un trabajo para pagar todas las facturas que se le vienen encima, para evitar que los servicios sociales se enteren de que viven sin ningún adulto a su cargo, pues corren el peligro de que las separen.

Todo comenzó el día en que su padre ingresó en una institución mental tras atacar a su madre, y esta, deprimida y sin saber cómo enfrentar la situación, se marchó de casa con la excusa de tomarse dos semanas de vacaciones, que acabaron convirtiéndose en algo permanente.

Sin embargo, en este caos que se le viene encima, Lucille descubrirá que siempre ocurren cosas buenas, que siempre hay personas dispuestas a ayudar y que de todo se sale, solo hay que saber apreciar y disfrutar las pequeñas cosas de la vida.

Es una novela que te hace reflexionar y que no podrás dejar de lado. Está marcada por situaciones y momentos, que por muy pequeños que sean, te dejan huella y te hacen pensar en esas cosas buenas de la vida, en que por mucho que se tuerzan las cosas siempre hay algo por lo que luchar y por lo que seguir adelante.

Aunque Lucille se siente perdida, sigue con la idea de que será algo pasajero, que quizá su madre se ha tomado unos días más de descanso y está preocupándose por nada, pero no puede vivir del aire y tiene que lidiar con la realidad, con el ahora. Por suerte, para ello cuenta con buenos amigos como Eden y su hermano mellizo, Digby, del que lleva años perdidamente enamorada.

Con el tiempo irá descubriendo que pese a que la vida no es un camino de rosas, siempre hay luz al final del camino y personas en las que apoyarse, sobre todo cuando aquellos que por ley no deberían fallarte, como los padres, son los primeros que no están ahí para luchar por ti y por tu bienestar. Lucille y Wren recibirán la ayuda desinteresada de unos ángeles cuya identidad no descubriremos hasta el final de la novela.