LIBROS

Una chica huye del dolor por haber perdido a su madre, pero pronto descubrirá que no hay lugar a dónde escapar mientras tu alma siga rota. Una novela dolorosamente bella sobre la pérdida de un ser amado y el duradero poder de la amistad.

Vas por la vida pensando que hay tanto que necesitas tener hasta que te quedas solo con tu teléfono, tu cartera y una foto de tu mamá. Marin no ha vuelto a hablar con nadie de su antigua vida desde el día que decidió dejar todo atrás. Nadie sabe la verdad sobre aquellas semanas finales. Ni siquiera su mejor amiga, Mabel.

Pero incluso estando a miles de kilómetros lejos de la costa de California, en una universidad de Nueva York, Marin sigue sintiendo el tirón de la vida y la tragedia de las que ha tratado de huir. Meses más tarde, a solas en un dormitorio vacío durante las vacaciones de invierno, Marin aguarda, pues Mabel está por llegar a visitarla, y Marin se verá forzada a enfrentar todo aquello que se ha quedado sin decir, finalmente tendrá que confrontar la soledad que se ha adueñado de su corazón.

Marin es una chica callada y tímida que en algún momento fue más alegre. Aunque sí es de esas chicas medio antisociales con las que de seguro te puedes identificar, mientras que Mabel es todo lo contrario. Ella es un poco más extrovertida; es una chica latina que de repente habla en español. Es el tipo de persona buena onda en la que siempre puedes confiar.

Muchos consideran el libro “un viaje emocional que sentirán en la piel y en las entrañas. Bellamente escrito, franco y profundamente real”.