Debilitada a depresión tropical, la tormenta Florence cruzó el lunes el oeste de Carolina del Norte rumbo a Virginia y Nueva Inglaterra arrojando grandes cantidades de lluvia en las Carolinas y amenazando con desbordar ríos, inundar carreteras y casas y cobrar más vidas.

Con la cantidad de agua registrada en las Carolinas “lo peor está por venir”, ya que los niveles de los ríos aumentan a niveles históricos, advirtió Zach Taylor, un meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS).

Según el especialista “los ríos comenzarán a elevarse hoy y el martes”, lo que podría provocar en toda la región inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra.

Wilmington, Carolina del Norte, una de las ciudades costeras más afectadas, permaneció cerrada las primeras horas del lunes por las inundaciones que han dañado decenas de miles de viviendas.

Muchos rescates tuvieron lugar en botes rápidos en Wilmington, una ciudad costera de aproximadamente 117 mil personas en una península entre el Río Cape Fear y el océano Atlántico.

Más de 900 personas fueron rescatadas de las inundaciones y 15 mil permanecieron en albergues en el estado, informó Cooper.

Florence ha arrojado 40 pulgadas (100 cm) de lluvia en Carolina del Norte desde el jueves y continuó produciendo fuertes lluvias en gran parte de Carolina del Norte y el este de Carolina del Sur, refirió el NWS.

Hasta el momento se han registrado 18 muertes, 12 de ellas en Carolina del Norte, incluido un niño de 3 meses que murió cuando un árbol cayó sobre una casa móvil en el condado de Gaston, y seis en Carolina del Sur, incluidas cuatro en accidentes de auto y dos por monóxido de carbono con un generador portátil.

El gobernador de Carolina del Sur instó a evacuar a cualquier persona en un área propensa a las inundaciones.

La Casa Blanca anunció que el presidente Trump había aprobado una declaración de desastre para Carolina del Sur el domingo, liberando fondos federales para responder al desastre. Trump declaró un desastre en Carolina del Norte el viernes, el día en que Florence tocó tierra en territorio estadounidense.