Los huevos verdes de El Espino, en El Salvador
Desde que las compró sabía que ponían huevos de colores; parece que hubieran sido pintados de celeste o verde turquesa. Elio Henríquez / CP

Como si fueran huevos de pascua pintados para la ocasión, en el gallinero de Rosa Luz las gallinas ponen blanquillos de colores, lo que llama la atención de propios y extraños.

Tal vez imaginando que un día podría encontrar en el gallinero una especie de arcoíris, ella se levanta al amanecer para descubrir de qué color pusieron los huevos sus gallinas.

Desde que las compró hace tres años sabía que ponían huevos de colores, pero cada día que los encuentra se sorprende porque parece que hubieran sido pintados de celeste o verde turquesa.

Rosa Luz vive en El Espino, comunidad ubicada en El Salvador, Centroamérica, y es la única en ese lugar que tiene las gallinas que ponen huevos de colores, totalmente diferentes a los blancos o rojizos (marrón) que todo mundo conoce.

“Quién sabe de dónde salieron estas gallinas; les dicen gallinas catrachas (de Honduras), pero yo se las compré a una de mis hermanas que vive en San Pedro (localidad vecina); dice que hace como diez años las consiguió en Nombre de Dios y Alcantarillas (otras comunidades ubicadas en la zona)”, comenta.

“Los huevos son igual que los tradicionales: el tamaño, el sabor, todo es igual. Lo que cambia un poco es el cascarón que es un poco más duro, más grueso. Cuando el pollo va a nacer cuesta que lo pique y lo rompa”, cuenta.

El plumaje, el tamaño y la forma de las gallinas es el mismo que el resto que tiene en el pequeño gallinero. “Comen maíz o maicillo (grano más menudo que el maíz, utilizado especialmente para los animales) como las demás gallinas”.

Dice que el gallo es el mismo que “apacha” a todas las gallinas, pero no todas ponen huevos de color. “No sabemos dónde más hay gallinas de éstas, pero en el mercado, por ejemplo, no venden huevos de colores porque sólo se encuentran en las casas, en el campo para autoconsumo. Aquí, sólo yo tengo.

“Sí, son bien bonitos: hay unos celestitos y otros como verdecitos  (un poco color turquesa), pero como no se pueden guardar los comemos igual que los otros que ponen las demás gallinas. La vez pasada nos comimos también la gallina que los ponía más verdecitos y en otra ocasión aliñé una que todavía tenía adentro huevos celestes. Ponen cada dos días”.

-Mire, las gallinas son como las demás– dice Mónica, su hija que corretea y agarra una de las que ponen huevos de colores, mientras su sobrino Alberto toma entre sus manos una “buche pelado” y la muestra para la fotografía.

Una investigadora de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) dice que sólo se tiene información de las gallinas mapuches que en Chile y en Perú también ponen huevos de colores.

Según información disponible en redes sociales, las gallinas mapuche o araucana son originarias de la Araucanía, en el Sur de Chile, criadas por los mapuches, pueblo indígena de la región. “Varios estudiosos del tema proponen que la gallina mapuche proviene de la unión de dos razas que el pueblo mapuche conocía desde tiempos inmemoriales y que mantenía en estado de semi cautiverio”.

Antes de continuar, Rosa Luz recuerda que la tradición en su país, es que durante la Semana Santa (Miércoles de Ceniza, especialmente) se acostumbra a hacer los llamados huevos de Pascua: cascarones de huevos pintados de colores, con papel picado adentro, los cuales se rompían en la cabeza a los compañeros en la escuela o a los amigos en la calle. “A veces los cipotes bayuncos (niños bromistas, groseros, etcétera) usaban huevos de verdad, con ceniza o talco le rompían a los demás en la cabeza”.

Agrega, “pero estos huevos que ponen las gallinas que tenemos ya no es necesario pintarlos, porque de manera natural son de colores, aunque la yema, la clara y el sabor son como los de los demás huevos. Sólo cambia el color del cascarón”.