En el municipio de Palenque se construye la planta extractora de palma de aceite más grande de México y Centroamérica, denominada Planta Humbal, con una inversión superior a los mil 500 millones de pesos, así lo dio a conocer el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) en Tuxtla Gutiérrez, Juan Pablo Cañaveral Constantino.

Adelantó que para el mes de noviembre o diciembre iniciará operaciones en Chiapas otra planta extractora de aceite de palma de coco denominada Aceites Sustentables, misma que se instalará en Benemérito de Las Américas.

Cabe mencionar que en Chiapas el aceite de coco es conocido por sus usos y beneficios diversos, e incluso ha sido objeto de varios estudios científicos que comprueban su efectividad, cualidades medicinales y usos cosméticos.

El presidente de Canacintra reiteró que el futuro de la industria en todo México está en las empresas que le están apostando a la agroindustria.

“De la potencia que tiene Chiapas de crecimiento en un futuro, dentro de la riqueza y diversidad que hay en el sector primario, el aceite de palma de coco es una oportunidad de negocio para los industriales y para los empresarios de poder invertir”, explicó.

Cañaveral Constantino agregó que la agroindustria regional, especialmente la del aceite, trae un beneficio directo a los municipios productores, ofreciendo oportunidades de trabajo para los chiapanecos.

Aclaró que quienes invertirán en la Planta Humbal de Palenque pertenecen a un grupo denominado Alen de Monterrey y el grupo AMSA de Veracruz, ambas fusionadas para formar esta planta.

De la planta que se instalará en Benemérito de Las Américas, el inversionista es el empresario Kike Arreola de Guatemala, junto a un grupo de chiapanecos que pertenecen al Fondo Chiapas.

Cañaveral Constantino agregó que la Canacintra a nivel nacional genera el 26.1 por ciento de los empleos formales con todas las prestaciones de ley como el seguro social, Infonavit y otras.

Finalmente, expresó que este tipo de inversiones generan empleos directos bien remunerados, ayudan a componer el tejido social y con ello la paz social de los habitantes.