México y un debut sólido, intenso y explosivo

México, la “Cenicienta” del Torneo de las Américas 2013, también sabe calzarse el traje de candidato: con pasajes de alto vuelo, el equipo azteca venció a República Dominicana 84 a 66 en el cierre de la primera jornada del Preolímpico. En el ganador, Orlando Méndez sumó 24 puntos, con 4/6 en triples, en tanto que Gustavo Ayón aportó 18 unidades y 11 rebotes.

Juego

La intensidad y la claridad conceptual para atacar permitió que México disfrutara el juego. Y hasta puso de pie a todo el Palacio de los Deportes con “alley oop” que Gustavo Ayón enterró con fiereza (22-11), poco antes de la mayor brecha (13) de un primer cuarto que finalizó 24-13.

Todo lo contrario ocurrió con los aztecas, que perdieron poder de anotación (12 puntos en esos 10 minutos) y cayeron en intensidad. La diferencia se redujo a cinco (36-31) y podría haberse acortado aun más si Édgar Sosa convertía alguno de los tres intentos de tres puntos que tuvo en la última bola del segundo cuarto.

Luego, un triple de Sosa y un doble de Edward Santana encendieron las alarmas. Domincana estaba a solo cuatro: 36-40. Pero México soltó todo su arsenal ofensivo: Méndez y Héctor Hernández abrieron el grifo, Ayón hizo de las suyas y la brecha se amplió. Dos triples aztecas, uno de Hernández y otro de Méndez, llevaron la diferencia a 19 (63-44), en un momento en que los dirigidos por Sergio Valdeolmillos brillaban con su circulación ofensiva, regada de extra pases.

Así, los aztecas llegaron al último descanso con ventaja de 20 (66-46) y momentos de notable poder, como la de la última bola, en la que metieron a la visita en tal presión defensiva que los dominicanos no pudieron llegar a lanzar el balón a tiempo.

Con el agua al cuello, Dominicana salió a un ritmo frenético, metió un parcial de 9-0 en el arranque del último cuarto y volvió a ponerle un signo de interrogación al resultado. Sin embargo, Hernández apagó el fuego, con un contragiro y un lanzamiento en suspensión que cortó la sequía y, sobre todo, le dio vuelo al avión mexicano: ya destrabado, el local volvió a ser intensísimo, corrió la cancha, hizo saltar a la afición con algunas conversiones que mezclaron en dosis perfectas la potencia y la estética, y llegó a un cierre sin complicaciones, para redondear un debut positivo y con las mejores sensaciones.