MODA

Victoria Beckham siempre soñó con “ser alguien”. Buscó suerte, sin mucho éxito, en la música como “Spice Girl”, que fue su trampolín al mundo de la fama y, por consiguiente, al diseño. La británica ha hecho de su pasión por la moda su profesión y sus desfiles ya son unos de los más esperados durante la Semana de la Moda de Nueva York, donde ha presentado todas sus colecciones. Ha trabajado duro para ello durante más de 20 años para lograrlo, un esfuerzo que ahora se ve compensado en cada uno de sus diseños, como los que acaba de subir a la pasarela neoyorquina que son un homenaje a la mujer y a su origen británico.

“Llevo mucho tiempo hablando del empoderamiento de la mujer pero nunca lo he hecho tan evidente en una colección como en esta”, comento Victoria Beckham antes de que arrancara su desfile, repleto de looks masculinos working girl, del que no se perdieron detalle el escuadrón Beckham: su marido y sus hijos, sobre todo Brooklyn, que fotografió los mejores momentos con su cámara.

Tanto la gama de colores de grises, azules y rojos, inspirada en la obra pictórica de Paul Nash ,expuesta recientemente en la Tate Gallery de Londres, como los tejidos, la pata de gallo, el tartán o el punto grueso, son un homenaje a sus orígenes, al Reino Unido, a su casa. “He elegido un punto de vista británico, pero con una perspectiva global”, apostilló la diseñadora.

En lo nuevo de Victoria Beckham triunfan las prendas oversize, pero también vestidos estampados de punto, faldas de gasa, blusas con transparencias, botas altas y zapatos planos acabados en pico para resistir a una larga jornada de trabajo.