Monumentos históricos, sin restauración

La inversión federal para la restauración de los monumentos históricos del país está detenida: desde 2013 la Secretaría de Hacienda “no ha autorizado la cartera de obra pública” para llevar a cabo la intervención urgente de icónicos monumentos como la Catedral Metropolitana, la capilla El Pocito —donde según la tradición católica se dio el encuentro entre la Virgen de Guadalupe y el indio Juan Diego— o la antigua Basílica de Guadalupe, informó Raúl Delgado Lamas, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural (DGSMPC) de la Secretaría de Cultura federal

Al participar en la apertura de la celebración del Día Internacional de los Monumentos y Sitios que organiza Icomos México, el funcionario afirmó que en los últimos cuatro años la inversión federal en el rubro ha sido igual a cero, después de haber alcanzado una inversión récord en 2012 de 426 millones de pesos.

La inversión, dijo, “creció hasta 2012 hasta una cifra relativamente alta y (…) en los últimos años la Secretaría de Hacienda no ha autorizado la cartera de obra pública”. Delgado Lamas mostró a los asistentes del encuentro una gráfica en la que se observa el sostenido ritmo que tuvo la inversión pública federal para restaurar los monumentos históricos: en 2007, la inversión fue de 91 millones de pesos; al año siguiente subió a 105 millones y en 2009 descendió a 85 millones.

La cifra volvió a incrementarse en 2010 al alcanzar los 120 millones de pesos y en 2011 y 2012 subió exponencialmente a 239 y 426 millones de pesos respectivamente. El Programa Operativo anual de la DGSMPC, sin embargo, descendió a cero a partir de 2013 y así se ha mantenido hasta ahora. La situación, de acuerdo con Delgado Lamas, es más difícil que en países como España, donde el presupuesto público y privado destinado a la protección cultural se desplomó en un 68 %.

La Basílica de Guadalupe, proyectada por Francisco de Guerrero y Torres, “tiene carencias en su cimentación”; en tanto, la Catedral de México “tiene problemas también ya de proveerle mantenimiento a su cimentación después de los trabajos realmente innovadores, portentosos que se hicieron en su cimentación”, afirmó.

En el interior del país, la situación no cambia. En Atlihuetzia, Tlaxcala, el Templo y Convento de Santa María de la Concepción, edificio que se comenzó a levantar en 1525, “aguarda la reposición de su cubierta” de teja y madera —perdida en el siglo XVIII— y que mantiene expuestos a las inclemencias climáticas sus “enormes muros de piedra, de ladrillo de barro que nunca fueran pensados sin su remate superior”.

En Meztitlán, Hidlago, el Templo de los Santos Reyes y la Comunidad, del siglo XVI, “resignadamente espera quién sabe qué destino, pues tiene un grave problema geológico mayor por la desintegración del suelo constituido de materiales pétreos que están aglutinados con un cementante que se está disolviendo”.