Al menos 52 miembros de las fuerzas de seguridad de Egipto murieron en un severo enfrentamiento con presuntos yihadistas, cuando los oficiales intentaban lanzar una operación contra un escondite de los combatientes en el desierto occidental.

El Ministerio egipcio del Interior confirmó este sábado que la redada de las fuerzas de seguridad tuvo lugar a última hora del viernes, después de que la unidad de seguridad nacional fue informada del escondite ubicado en el Oasis de Bahariya, a alrededor de 370 kilómetros de El Cairo.

Las fuerzas policiales se aproximaban al escondite cuando fueron atacadas por los islamistas con granadas propulsadas por cohetes y dispositivos explosivos, suscitándose un fuerte intercambio de fuego, indicó el ministerio en una declaración.

Mencionó que ambas partes sufrieron bajas, pero sin precisar una cifra mortal entre los combatientes, sólo se limitó a señalar que “varios milicianos también murieron” en el enfrentamiento, de acuerdo con reportes del periódico Egypt Independent.

Funcionarios de seguridad comentaron que fue un “tiroteo sin cuartel”, sin embargo la prensa árabe ha descrito los acontecimientos como uno de los ataques más graves perpetrados por los combatientes islamistas contra las fuerzas de seguridad egipcias en años recientes.

En la redada participaban unidades antiterroristas de la policía que respondieron a la agresión, pero los indicios sugieren que se quedaron sin municiones, lo que favoreció a los combatientes quienes habrían capturado a los oficiales y luego los mataron, según versiones de prensa.

Al parecer la fuerza policial cayó en una emboscada cuidadosamente planeada por los yihadistas, señalan los reportes que citan fuentes anónimas que refieren que entre los oficiales muertos se encuentran dos generales de brigada de la policía, un coronel y 10 tenientes.

Una declaración oficial emitida este sábado indicó que los hechos serían investigados a fondo, lo que sugiere que la gran cantidad de policías muertos podría haber sido causada también por incompetencia, fallas de inteligencia o falta de coordinación, o bien, por una infiltración.

Egipto se encuentra en estado de emergencia desde abril pasado, declarado después de una serie de atentados suicidas contra la minoría cristiana del país, pero en los últimos cuatro años ha estado librando una batalla con una insurgencia islamista, principalmente en el norte de la Península del Sinaí.