Multifactorial, el descenso del cauce en Agua Azul
El lugar no se encuentra seco. Agua Azul padeció disminución de agua pluvial. Cortesía

Por deforestación, cambio en la dirección del cauce, incluso una posible fisura geológica ocasionada por el pasado terremoto, son hasta ahora las posibles causas del descenso en la intensidad del cauce de cascadas de Agua Azul, situación que comenzó hace poco más de una semana.

En rueda de prensa los titulares de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Adrián Méndez Barrera, y de Protección Civil Estatal, Luis Manuel García Moreno, indicaron que aún no terminan los estudios e investigaciones sobre este descenso, y que posiblemente la semana entrante se sepa la causa exacta.

En primer lugar se presume que la falta de captación pluvial, por deforestación, en los alrededores de Agua Azul han ocasionado que los río tributarios disminuyan sus cauces, aportando menores cantidades de agua a la zona.

“Una vez que el agua llega a estas cascadas se bifurca. Si tenemos un volumen reducido de agua, esta bifurcación se va hacia los niveles de la cascada más bajos; es decir, que hay distintas terrazas. La zona turística tiene terrazas más altas y las del margen izquierdo tiene el nivel bajo, entonces el cause siendo poco se dirige al sitio más bajo, el menos turístico”, señaló Méndez Barrera.

El río también llamado Agua Azul que nutre a esta sección turística de cascadas cambió de dirección, desembocando en una sección poco conocida del lugar, ocasionando que no haya conectividad de agua con las principales cascadas como “La Licuadora” y otras emblemáticas.

Las autoridades señalaron que por medio de inspecciones aéreas detectaron que los distintos asentamientos humanos en las orillas de los ríos principales y tributarios se abastecen de estos mismos afluentes, contribuyendo al bajo volumen del cauce.

“Si tenemos una cantidad menor de captación de agua, por deforestación, una disponibilidad de agua hacia las comunidades, después una bifurcación, pues se ven disminuidos los recipientes de agua en las cascadas”, detalló.

Además, al disminuir la cantidad de árboles, necesarios para la captación pluvial, ocurre que solamente un 10% de las gotas de lluvia se filtren al subsuelo, afectando al dosificación del río.

Por testimonios de los habitantes de las comunidades aledañas a Agua Azul, indicaron que después del terremoto del 7 de septiembre las condiciones del lugar cambiaron y al ser una zona geológica de roca caliza se presume una posible fisura.

“La roca caliza tiene una característica de que se disuelve al contacto con el agua y es posible que alguna tolina se haya derrumbado y el agua se esté filtrando de manera subterránea, aunque este estudio todavía se está desarrollando”, comentó García Moreno.

Dejó en claro que con todos los estudios y recorridos realizados se descarta exista un desvío por alguna comunidad, además de que no existe peligro para la población, ni turistas que arriben al sitio.

“Hay una parte donde nos refieren una grieta. Ahí se estarán realizando estudios de geofísica para conocer las condiciones que se encuentran debajo del río. Serán aproximadamente cinco días para conocer a fondo”, puntualizó.