El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que si se cumple el pronóstico de crecimiento de 1.8% para el PIB en 2019, que estiman especialistas, entonces se dejarán de recaudar 330 mil millones de pesos y, en consecuencia, el déficit y la deuda tenderá a incrementarse.

“Si el escenario y los resultados continúan debilitándose, pueden aparecer serias complicaciones en temas como la salud de las finanzas públicas y con ello la posibilidad de ver modificaciones en la calificación soberana”, explicó.

Detalló que si el PIB no crece 2% como se calculó en el paquete económico, subirá la incertidumbre y provocará que haya menores inversiones, además de que el impacto en la actividad productiva significará menos recaudación.

De no crecer en la previsión inicial de 2%, se incrementarán los riesgos financieros del sector público, porque tendrán que reducir el gasto y si no lo hacen se tendrá que recurrir a una deuda.

La preocupación es evidente. En una encuesta Bank of America Merrill Lynch obtuvo que 70% de los consultados consideran que México puede perder su grado de inversión en 2020 o 2021.

A pesar de la estrategia para inyectarle recursos a Pemex, eso sólo puede “matizar” la preocupación de los mercados y reducirá la posibilidad de una baja en la calificación de la deuda soberana.