Campañas empañadas

Ahora sí, esta es la buena, luego de precampañas e intercampañas, inician las campañas electorales en pos de elegir a la presidenta -con a- de México, a nueve gobernadores, incluyendo al jefe de gobierno de la CDMX y a 16 alcaldes, en total serán más de 20 mil cargos de elección popular. Habrá que ser pacientes para escuchar 32 millones de spots alusivos.

En vista de la veda electoral en que estará prohibida la difusión de propaganda, el presidente López Obrador aprovechará para hacer un recorrido por el país para supervisar obras pendientes sin recurrir a ningún proselitismo electoral.

En vía de mientras, el presidente confirma que seguirá hablando del papel de los medios en el manejo de la información, quienes hoy dominan con campañas mediáticas.

Para presidente de México se habrá de decidir entre tres opciones, de las cuales prácticamente solo dos tienen oportunidad, la primera opción por la continuidad, representada por la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, quien promete avanzar con los proyectos del presidente López Obrador, construyendo el segundo piso de la Cuarta Transformación. “Hemos demostrado que el modelo republicano de austeridad y economía moral es viable, brinda resultados y tiene un alto sentido humanista”.

La segunda opción es por la espontánea Xóchitl Gálvez, candidata opositora por la coalición Fuerza y Corazón por México, quien pertenece al grupo parlamentario del PAN, ofreciendo sumar esfuerzos en lugar de polarizar y dividir, certeza jurídica, aumentar inversiones en distintos sectores clave, incluyendo el energético, con reglas claras, considerando que el gobierno es socio de las empresas al 35 % de las utilidades, pero principalmente promete trabajar por la seguridad. Las encuestas preliminares le conceden ventaja a Claudia Sheinbaum, sin embargo, las campañas apenas inician, sin que haya nada para nadie.

El Ejecutivo reiteradamente manifiesta no intervenir en el proceso electoral, una muestra de ello: “La gente está muy contenta, por eso les digo que va a continuar la transformación, yo me voy a jubilar porque soy maderista. Además, estoy muy tranquilo porque la persona que me va a sustituir es extraordinaria, piensa igual que ustedes y que yo, para qué nos preocupamos, no hay que tenerle apego al poder o al dinero”.

El presidente López Obrador, a siete meses de entregar la presidencia agudiza su opinión contra sus adversarios. ¿Con eso concluirá el régimen de la transformación?