Italia siguió el ejemplo de Francia este lunes, al reforzar la seguridad tras el ataque a una sala de conciertos en Rusia que fue reivindicado por una filial del grupo extremista Estado Islámico.

El atentado del viernes renovó la atención en Europa sobre el riesgo de los extremistas, y particularmente de la filial de Asia Central, cuando el continente se prepara para grandes eventos como los Juegos Olímpicos en París y la Eurocopa en Alemania.

Francia elevó el domingo su alerta de seguridad al más alto nivel. Ayer lunes, Italia decidió aumentar la seguridad en torno a las celebraciones de la Semana Santa y Pascua.

En Alemania, el portavoz del Ministerio del Interior, Cornelius Funke, dijo que la amenaza de los extremistas islámicos “sigue siendo grave”, pero que la evaluación de riesgos de las autoridades no ha cambiado hasta ahora como resultado del ataque en Moscú.

En Serbia, durante el fin de semana, se vio a agentes de la Policía Secreta con ametralladoras patrullando las calles de Belgrado.

Una filial del Estado Islámico —conocido como ISIS-K, IS-K o ISPK— se atribuyó la responsabilidad del ataque en Moscú.